Hace unos años, el chef Fernando Limón nos sorprendió con La Sopa Boba en Villalba, un restaurante basado en una cocina de autor creativa y diferente, que en poco tiempo se convirtió en un sitio de referencia para los amantes de la gastronomía más alternativa, aplaudida por críticos y público.
Tras varios años de éxito, La Sopa Boba continuó su labor en Alpedrete, hasta dónde foodies inquietos se trasladan a día de hoy para disfrutar de la creatividad, sofisticación, originalidad y, por qué no, asequibilidad de su trabajo. Limón comienza ahora 2015 sin querer dejar de sorprender a su público y es por eso que, con el estreno del nuevo año, presenta novedades en sala y en carta que no riñen, no obstante, con sus grandes referentes.
La estética del restaurante ha cambiado. Miguel Pardo Montero, del Estudio 2 de Interiorismo, ha dado protagonismo al suelo de hormigón pulido a mano de forma artesanal, a los grandes murales de vinilo y a la restaurada puerta de entrada de más de cien años de antigüedad, que hacen que este lugar respire tradición bajo su apariencia de cabaña de montaña.
Es solo una sensación externa, porque en el interior, sobre las mesas, aunque se degusten ingredientes de siempre, en La Sopa Boba se revisten de ocurrencia y diversión. Fernando practica una cocina atrevida, en la que destacan como gran novedad sus nuevos platos a la sauna que realiza con pescado de temporada sobre piedra volcánica y con el jugo de diferentes cítricos. Entre ellos, las sardinas marinadas y ahumadas con guacamole y el ceviche de pescado de temporada con coco verde como plato y como ejemplo de la explosión de sabores que ocurre al probar esta Sopa, esta pequeña gran caja de sorpresas.
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