Cuando viajamos, regresamos con cantidad de recuerdos que almacenamos en la retina, en el espíritu o en una cámara fotográfica. También en el paladar. Un destino lo conforman sabores, colores y aromas casi tanto como lo hacen sus gentes o su arquitectura. Latitud propone un viaje por el mundo en este sentido, sin levantarnos de la mesa.
¿Imaginas reunir los lugares más exóticos en torno a la cocina? ¿Probar la preciada carne de Kobe, de búfalo, de cebra o de gacela, o catar un enorme huevo frito de avestruz que basta para saciar a todos los que te acompañan? ¿Crees que no será posible hasta que reserves tus billetes de avión para el próximo verano? No dejes de hacerlo, pero no es necesario que esperes hasta entonces.
Latitud es el primer restaurante especializado en carnes exóticas en el centro de Madrid. El alma viajera y curiosa de sus propietarios lo ha hecho posible, y de cada rincón del mundo han traído una experiencia (y un ingrediente) distinto.
Productos tan caros y tan complicados de conseguir, aquí los encontramos sin mayor problema, y bien elaborados. En patés, en brochetas o en hamburguesas de todo tipo, Latitud brinda una gran oportunidad a los carnívoros novatos y a los experimentados catadores. Canguro, reno, antílope, bisonte... Algunos tan poco comunes que hay que hacer un verdadero acto de atrevimiento y dejar sensibilidades aparte.
La experiencia lo merece. Más allá del hecho gastronómico está el didáctico, el de ampliar fronteras con la diversión de marcarse una vuelta alrededor del globo. Latitud es eso, una pequeña gran aventura sobre el plato.
Fotos: Victoria Verdier.
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