Restaurantes

La Scène: París a la mesa del 'Prince de Galles'

La Scène es un escenario gastronómico que une Francia y el Mediterráneo en el marco art déco de uno de los mejores hoteles de París.

Epicúrea. Así definen en el elegante hotel Prince de Galles, a Luxury Collection Hotel, uno de los más estilosos de la capital francesa tras su íntegra remodelación hace dos años, la experiencia que se vive en La Scène, su restaurante que orquesta con pasión Sthéphanie Le Quellec.

Fue un fichaje acertado, sin duda. La ganadora de Top Chef en 2011 no tardó ni siquiera un año en conseguir la primera estrella Michelin para este proyecto que es hoy uno de los locales en boga en el panorama parisino. Además de rico, es "cool", y su diseño y ambiente lo hacen idóneo para socializar con lo más sonado de la élite francesa e internacional en torno a una buena mesa.

El producto de temporada brilla en cada plato, y las influencias mediterráneas se funden con la tradición francesa en las elaboraciones que salen de una cocina a la vista de todos los comensales, silenciosa y meticulosa hasta el extremo. El resultado final llega al cliente en exquisitas y contemporáneas presentaciones, asequibles, lejos de una excesiva complejidad y a juego con el interiorismo de Bruno Borrione, amplio, vivo y luminoso, con el mármol y el ébano como protagonistas en una simbiosis buscada por el diseñador y por la propia Le Quellec.

Existe la posibilidad de pedir a la carta o elegir entre diversos menús entre los que destaca el "Eyes closed", en el que la cocinera nos sorprende en cada uno de los más de nueve servicios. Es posible, incluso, decantarse por conocerla en un brunch dominical. En cualquier caso están presentes sus enseñas. Se puede comenzar con unas ancas de rana seguidas de tomates de mercado en texturas con crema fría de berenjenas, unos calamares salteados con ajo, perejil y trozitos de jamón "Noir de Bigorre", un san pedro con crema de pistacho y aceitunas, alguna sabrosa opción de carne y, sin duda, terminar con un dulce colofón.

La repostería se compone de auténticas obras de arte moderno. El milhojas de vainilla, dando a elegir previamente entre tres selectas variedades, no tiene precio. Los vinos, una idónea selección de caldos eminentemente franceses, hacen el resto para que La Scène se convierta, junto al hotel en el que se enmarca, en un inolvidable destino gastronómico.

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