Tradición y vanguardia son dos valores en cocina, el primero porque atesora el saber de la gastronomía clásica y el segundo porque esconde el mestizaje culinario y la innovación tanto en ingredientes como en modos de hacer. En el equilibrio de estas dos tendencias está la cocina contemporánea, deliciosa, conocida, nueva, soprendente... todo un mundo de aromas y sabores como, sin ir más lejos que a Barcelona, el que descubrimos en el Restaurante Miguelitos.
A partir de este equilibrio de tradición y vanguardia -cuya base son los ingredientes frescos, naturales, de la tierra y de temporada- en Miguelitos la diversidad manda empezando por los espacios, dos, uno informal, de barra, amigos y tapeo, y otro más acogedor y tranquilo, la sala del restaurante.
En la barra, como no podía ser de otro modo, las tradicionales tapas -revestidas a veces en los modos vanguardistas- son las reinas del momento: tortilla rota o tarrina de foie Miguelitos, steak tartar de solomillo, butifarra de Orrius a la sartén, caballa en escabeche o filetes de lenguado al cava son algunos de sus imperdibles.
Puestos a acomodarnos en sala y rendir el hambre a la carta, nos encontramos frente al placer de elegir entre platos tan de siempre como el rabo de toro al vino tinto o el rodaballo a la donostiarra y otros tan de mezcla e innovación como son el atún sashimi con salsa de soja o el confit de pato con frutos dulces.
Si a la diversidad gastronómica, que no deja de ser un punto importante porque ahí sí, en Miguelitos, se puede decir que se cocina al gusto de todos, le sumamos su estratégica ubicación en plena Diagonal de Barcelona, tan solo nos queda una cosa: ir pidiendo nuestra tortilla rota...
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