Sí. Hablamos de algo tan universal como la hamburguesa. Tan yankee en sus orígenes y tan versionada de mil y una formas alrededor del mundo. Alabada y denostada a partes iguales, este jugoso plato se convierte en La Vaca Picada en todo un capricho gourmet con un toque muy español.
El producto nacional y ecológico impera en los fogones de estos restaurantes, situados a menudo entre los mejores de Madrid para degustar la mejor carne de cebón servida entre panes. Brasas, más que fogones, porque aquí todo pasa por la parrilla de lava volcánica que da ese delicioso punto ahumado en su justa medida.
Restaurantes que se multiplican llevados por el éxito de su cocina. Locales desenfadados, divertidos y cosmopolitas, con cierto aire rockabilly, para disfrutar entre amigos de una de esas veladas que se alargan hasta que se olvida el tiempo. Pastar, rumiar, mugir... verbos que suenan perfectos para dar buena cuenta de una amplia carta que salta desde unos aros de cebolla con rebozado y salsa peculiar hasta más de una decena de hamburguesas con ingredientes excelentes (foie, piquillos o rabo de toro entre ellos) pasando por sandwiches, hot dogs, cortes de carne e, incluso, un gazpacho de diez recién traído de la huerta a la mesa.
Entre los postres, irresistibles a pesar de quedar siempre para el final, llama la atención la Tetarta, con base de galleta, queso de vaca y cobertura de frambuesa, o el imprescindible brownie con chocolate y nueces. Golosos, carnívoros, amantes del buen comer, ¡preparaos para mmm... mugir de felicidad!
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