Ginkgo Garden es la nueva propuesta de Ginkgo Restaurantes y llega con sorpresas gastronómicas, cócteles de autor y música en directo. Y todo ello en un espacio inesperado, al margen del bullicio capitalino, pero en pleno centro del Barrio de Salamanca. Sí, porque tras la entrada, la barra del picoteo y la zona interior decorada con esmero y elegancia, se encuentra el hechizo verde: el jardín secreto donde querrás pasar todo el verano.
Vamos por partes. Gil de Santivañes es una de esas travesías madrileñas, chiquitas y coquetas que parten de la lujosa calle Serrano y concentran en sus escasos metros tesoros escondidos donde refugiarse del ajetreo diario, la vorágine de las compras o desconectar de una intensa jornada laboral. Allí, en el número 6, nos aguarda el nuevo oasis Ginko. Se trata de un jardín cuya vegetación exuberante y su atmósfera serena recuerda al de islas remotas, alejadas de lo urbano.
Sólo la música en directo rompe a ratos el sosiego del entorno y lo hace sin estruendos. La agenda de verano Ginkgo Live Music propone tardes musicales, de jueves a domingo, con DJ Session House, Techno, Greatest Hits o British Invasion. Al runrún de la música o al ritmo de la tranquilidad es sencillo caer en la tentación el buen comer y también del buen beber.
La carta reúne especialidades de las cocinas mediterránea y asiática (ni agitadas ni mezcladas), que se renuevan cada quince días. ¿Cómo se decide qué plato se queda y cuál se va? Pues en el laboratorio creativo de Ginkgo Restaurantes, cuya sede ubicada en el Garden se ha convertido en un centro gastronómico de investigación e ideas innovadoras donde los clientes también pueden participar degustando y calificando las novedades. Los participantes pueden ganar una cena para dos personas. Así que, permaneced atentos.
Entre los platos recién salidos del Laboratorio destacan las gyozas de pollo con salsa de chile dulce, el mollete de anguila ahumada con foie, el ravioli de pato con piña y salsa hoisin o el lomo de lubina con menier de chalota encurtida y patatas primor.
Ginkgo Garden incorpora a su oferta gastronómica habitual una nueva carta de sushi a base de nigiris, sahimis y maki rolls elaborados en el momento por su Sushiman. Son exquisitos los nigiris de salmón flambeado con mayonesa de Kimchie o el de gamba Ebi Soasado, el plato selección de sashimis salmón, atún rojo y hamachi, el uramaki Ginkgo California (cangejo, aguacate, pepino y mayonesa japonesa) o el Sky Spice Tuna (atún Balfegó con salsa sriracha picante y huevos de tobiko).
La carta de cócteles no se queda atrás. Aparte de los clásicos, el ‘coctelero Ginko’ Jorge Barra ha creado un repertorio de autor con mezclas inéditas e ingredientes cocinados en su propio taller. Por contarlo rápido y sencillo: que si el cóctel incorpora un sirope de, por ejemplo, licor de melón es el mismo Barra y su equipo quienes escogen y maceran las frutas de manera natural sin añadir químicos ni azúcares ni fórmulas artificiales.
Los cócteles Ginkgo Garden brillan por sí mismos: su color, su textura, sus sabores exclusivos, la elegancia en la presentación… No hay detalle al azar. Sólo hay que echar un vistazo a los tonos turquesa del Blue Panda Colada para lanzarse a ese mar de Bacardí Carta Blanca, curaçao azul, coco, piña, limón y hoja pandan, cuyas notas a frutos secos otorgan a la mezcla un gusto exquisito.
Y no es el único que deslumbra. La Sangría Peligrosa (Bombay Sapphire, vino tinto, licor de naranja, piña, flores de hibisco, limón) lo hace en burdeos chispeante, en verde luminoso el Melón Japón (Vodka Grey Goose, licor de melón, matcha, citronela) y para qué hablar de los juegos en púrpura tipo Prince del Butterfly Tonic. Además de riquísimos, no pueden ser más ‘instagrameables’.
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