Restaurantes

En el barrio de 'el divino'

Quintana 30, cocina vasco-navarra con postre, café o té… y un cóctel para brindar por la vida.

El divino era asturiano, sabio, abogado y hombre de bien, era un político vocacional, de los que tenía principios y finales, quizá por eso, entre los unos y los otros, acabó con sus huesos en la cárcel ceutí primero y en el exilio después, un exilio que no debió ser dulce pero que aprovechó para curar heridas, recomponerse y cultivarse como bibliotecario de Lord Holland, en Inglaterra. Vuelto a España fue incluso preceptor de reina y en 1844 dio por concluido su tránsito en el mundo. Queda su huella en la historia de España y en Madrid donde el divino, así apodado por su fluida oratoria, cede su nombre a un barrio que es centro vivo y bello de la capital. Argüelles.

Y ahí, en Argüelles, se va uno a comer a Quintana 30, calle y restaurante en el que darse el gusto de saborear de lo mejor de la rica gastronomía española, porque nadie duda del buenhacer culinario de vascos y navarros ni mucho menos de sus deliciosos productos frescos.

Esa es la base de la cocina de Miguel Ángel Muñano, chef de Quintanta 30, los productos frescos de temporada y la tradición vasco-navarra en los fogones, a cuya combinación suma la creatividad de la cocina actual y la suya propia. Nada como pasearse la carta del restaurante para hacerse una idea de los sabores que la pueblan… además de hacerse un poco la boca agua y deseo de un buen bocado.

Del mar, lomito de rape confitado con aceitunas negras y almejas, merluza frita con espuma de pimiento rojo asado, atún a la parrilla con caldo de su espina o el ineludible bacalao al pil-pil o un buen taco con crema de ajo arriero y gambas.

Del campo las ensaladas y también las carnes, solomillo de buey al foie y salsa perigord, lomo bajo a la parrilla con puré de patata o rabo estofado a la antigua, también lasaña, una crujiente de zancarrón con arroz cremoso de setas.

Puedes regar además tus platos con un buen vino de su cuidada selección de denominaciones de origen españolas y cerrarla como corresponde, con postre, café o té… y un cóctel para brindar por la vida.

Vivir o visitar Madrid sin pisar el barrio del El Divino, Argüelles, debe ser pecado… y más perderse los ricos sabores vasco-navarros del Quintana 30, un lugar de decoración discreta y elegante que nos acoge con el amor que lo hace siempre una cocina cálida de norte, campo y mar.

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