Cuando el medio de la nada, es el centro de todo. Allí, donde llegan los que saben buscar. A 3 kilómetros de Llanes, carretera de Pancar, sin número, pasando la vía. Justo en un paisaje en el que parece que no hay más que lo previsible está El Retiro, el restaurante de Ricardo Sostres.
Para engañar a los más desprevenidos, todo comienza entrando a un típico bar asturiano donde encontrar lo más tradicional de los fogones de la zona, inclusive no sería raro cruzarse con un par de abuelos jugando a sus cartas. Pero basta una seña, para que el cordero se convierta en lobo. Una puerta separa lo obvio de lo sorprendente.
Ganándole espacio a la montaña, se abre el salón de El Retiro con sólo 10 mesas puestas con un gusto muy exquisito, sin ostentación. Como su carta, plagada de referencias de la zona, preparadas bajo técnicas más que modernas.
Una Cigala a la Sal, presentada abierta longitudinalmente sobre una costra del condimento y al horno. Nada más. El sabor casi en estado puro, para apreciar mejor sus jugos, la riqueza de su textura y los aromas. Tan simple que es compleja prepararla con el arte con el que la hace Sostres, sin recaer en salsas y sabores fuertes que opacarían al crustáceo.
También la Becada Asada con puré de hierbabuena y tosta de sus higaditos. Un ave migratoria que siempre está en estado salvaje, así que su carne refleja los sabores naturales con los que se alimenta. Ricardo la sirve con un glaseado de salsa y unas gotas de cacao.
Dicen que llegar a El Retiro y no probar el plato de Ostra, naraja sanguina, calabaza y azafrán es un gran error. Y no opinan diferente de irse sin degustar su Oricio con emulsión de mango, hinojo picado y manzana. Esa mezcla de sabores cantábrico-trópico, mar y tierra con un imprevistas texturas… Mmmm...
Pero hay más. Foie gras ahumado con anguila, almendras y café, Croquetas de queso y cecina; y la reinterpretación del Pitu de caleya guisado (pollo criado en libertad y alimentado de forma natural).
Para rematar la visita, nada como postres del estilo Yogur, mango, pan de especias y fruta de la pasión; o los Frutos rojos y frutos secos, con crumble de cacahuetes y bizcocho sacher. Y su chocolate con zafrán dicen que es, simplemente, espectacular.
Y aunque todo suene a una cocina pretensiosa, la realidad es que Ricardo Sostres logra algo mucho más honesto de lo que piensas. Todo lo que llegará a tu mesa, proviene de la zona, dándole un sello único de identidad local. Si quisieras replicar sus platos en otro lado, su sabor sería diferente. "Cocina de proximidad" se llama este secreto, sólo productos que estén a no más de 100 kilómetros del restaurante. Y como se basa en la frescura de los ingredientes, uno no podría cansarse de llegar al medio de la nada para probar nuevos platos con sabores de temporada como los que encontrarás en su menú degustación. Siempre cambiante, siempre fresco, siempre sorprendente.
Ricardo Sostres es inconformista y se agradece. Podría haber continuado con la sidrería familiar, sin embargo, aprendió en Casa Marcial en Arriondas y en Ca Sento en Valencia (dicen que ese es el secreteo de sus magníficos arroces) y regresó a Llanes a repensar la cocina, a recrearla dándole sus toques.
Joyas gastronómicas en el medio de la nada, que al saborearlas se convierten en el centro de todo.
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El Retiro
Pancar, Llanes
Asturias
Tel.: +34 985 400 240
Cerrado los lunes
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