Kaiseki es sinónimo de armonía y proporción, equilibrio y belleza, elegancia y sencillez. Kaiseki implica perfección y amor por la naturaleza. Significa “piedra escondida” y su origen, íntimamente ligado a la ceremonia del té, se remonta a las tradiciones budistas de Japón.
El significado de esta comida de origen humilde fue cambiando con el tiempo hasta convertirse en el símbolo de los encuentros sociales más refinados y formales. Hoy, la cocina Kaiseki representa toda la magia, la elegancia y la tradición que encierra la alta cocina japonesa. Discreto, sencillo, exótico, elegante y exquisito, el menú kaiseki ha de encontrar la armonía perfecta entre colores, sabores y texturas –de lo crujiente a lo suave, de lo dulce a lo salado–, debe incluir las cinco artes y los cinco elementos, reflejar el paso de las estaciones y ha de servirse en bellísimas vajillas de lujo cuidadosamente seleccionadas.
En el restaurante Fuku, el maestro Yoshie Osanay se encarga de elaborar el delicioso Bishoko Xunsai, un exquisito menú kaiseki que, jugando con el factor sorpresa, una ciudadísima presentación y la belleza de los cuencos y platillos –escogidos con esmero en función de cada ingrediente– despierta los cinco sentidos y la emoción de los comensales: aleta de tiburón o abalón, sahimi y nigiri sushi de cortes impecables, tempura, bacalao al miso o filete de esturión y Wagyu a la plancha para finalizar, todo ello acompañado de gohan, el arroz blanco que nunca puede faltar en una mesa japonesa.
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Disponible -previa reserva- todos los días, en almuerzos y cenas para un mínimo de dos personas.
Marqués de Villamejor nº 8. Madrid