Madrid estrena un restaurante de los de siempre, Casa Felisa, cuyo concepto gastronómico, sin dejar de ser el clásico de una casa de comidas de lo más castiza, es toda una novedad en cuanto a que propone una renovación de los platos tradicionales; se trata de un concepto que nos llega ya bautizado desde la propia cocina del restaurante de la mano de su chef, Antonio del Álamo, hablamos pues de un nuevo concepto gastronómico: fine neocastizo.
¿Y a qué sabe el fine neocastizo? Para responder a esta pregunta hay que hacer un poco de historia, sólo así podremos entender el juego de ingredientes, recetas y sabores que se prepara en la cocina de Casa Felisa: la historia de este nuevo restaurante comienza en la sierra madrileña, don de nació y pasó toda su infancia nuestra protagonista, Felisa, una niña cuya curiosidad la llevaba siempre a la cocina y a la que sus padres enviaron a estudiar a París ¿imaginas a qué sabe la mejor cocina madrileña fusionada con el glamour gastronómico francés? La respuesta a esa pregunta es Casa Felisa.
Los tabernarios madrileños descubrirán en esta nueva propuesta gastronómica su cocina favorita de siempre reinventaba bajo el influjo de la tradición gala, reconocerán siempre la esencia del buen comer castizo pero lo disfrutarán de otro modo porque lo que hace Antonio del Álamo es preparar las recetas de siempre pero sofisticándolas, demostrando que la cocina tradicional no es, no tiene por qué ser, poco refinada ni mucho menos vulgar sino que puede lucir la elegancia clásica del glamour francés (sin dejar de saber a Madrid...).
El restaurante, ubicado en el Barrio de las Salesas, es castizo y elegante, muy chulapo y también muy tarbernario; su interiorismo es obra y arte del estudio Antonio Obrador y en él destacan no solo las cortinas de terciopelo o las paredes enteladas sino los detalles decorativos que muestran algunos de los rincones más icónicos de Madrid.
Pero toda esta elegancia, este fine castizo, este cocinar como siempre y a la vez como nunca... ¿a qué sabe realmente? Sabe a buñuelos de bacalao con mahonesa de ajo negro, a navajas en salsa de vermut de Madrid y mantequilla azafranada o a verduras asadas en horno d eleña con ensalada de berros, lascas de Idiazabal y piñón tostado; sabe ensaladilla rusa con tortilla de camarones que se sirve con salpicón de marisco tibio con cola de bogavante, a sándwich de croissant en molde con langosta o sándwich de pan brioche con esturión ahumado, papada ibérica y caviar, también a pan de mollete con picadillo de cocido; sabe además a perdiz o morrillo de atún rojo escabechados, a tortilla abierta con gambas de Huelva al ajillo, caviar, trufa, esturión o anguila ahumada (tú eliges...), a huevos estrellados con jamón ibérico Dehesa de los Monteros, a tartar de atún rojo, caviar o trufa de temporada... Y eso sólo para empezar.
Entre los platos principales cabe destacar pescados como el salmonete de roca dorado en sartén o el lenguado a la plancha a la meunière y carnes como el steak tartar de solomillo con torreznos, el pincho moruno de lomo de vaca con salsa bearnesa o el solomillo de vaca sobre tuétano asado ¿acompañamientos? Pimientos de Guernica fritos, patatas al horno... La pasta y los arroces también tienen su espacio en la carta de Casa Felisa pero preparados castiza y elegantemente: raviolis de pepitoria de gallina o arroz a la llauna con chuelta de vaca... y sí, estamos en Madrid, aquí no faltan los macarrones con tomate, chorizo y queso de Madrid.
¿Cómo resistirte a esta cocina castiza reinventada? Difícilmente, especialmente cuando sepas que se sirve debidamente maridada por la sumiller Iamina Hamed a través de una carta espirituosa en la que no faltan las cervezas artesanales ni los vinos madrileños, tampoco otros procedentes de otras regiones de España e incluso de otros países.
¿De postre? Tal vez te seduzca la tabla de quesos nacionales... o cabe que prefieras la torrija Felisa o una mousse de chocolate y naranja o un rico arroz con leche...
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