Restaurantes

ARZAK, 'de tal palo tal astilla'

Templo de la cocina vasca y mundial...

Seguro que has escuchado en más de una ocasión que para conquistar a una persona es necesario conquistar antes su estómago y así, se rendirá a tus pies sin lugar a dudas. Si ya es difícil conquistar a alguien con el estómago como punto de partida, imagínate conquistar a un país entero, qué digo un país, el mundo en general. Es el caso de Arzak que, fijándose en la manera de comer de una colectividad, la vasca, ha conseguido innovar en la gastronomía y marcar su sello personal con cada bocado que te llevas a la boca.

Y es que no es de extrañar. La carta que ofrece es de esas que por mucho que la leas, no acabarás de entenderla. Pero no hay problema ya que Elena Arzak, discípulo de su padre y jefa de cocina del restaurante, está allí para, amablemente, descifrar esos códigos culinarios de cada plato. Existen dos posibilidades: comer de carta o elegir el menú degustación y ya que estamos en uno de los templos de la cocina vasca y mundial, veamos en qué consiste este extendido menú propio de un 3 estrellas Michelín.

Para ir abriendo boca, los aperitivos son de los más variado y original.  Destaca el chorizo con tónica, servido sobre una lata aplastada de la misma o el cromlech de mandioca y huitlacoche, relleno de una preparación de cebolla, té verde y foie. Seguimos con productos del “mar y huerta”: bogavante asado acompañado de un crep crujiente y hojas frescas y huevo escalfado con corteza semicrujiente.

Toma aire porque el menú aún tiene mucho que ofrecer. Opción de lomo de lubina marinado con ginebra y patatas de colores o lomo de rape, con huevas de bogavante y cambrón. Si eres curioso, pide la lubina, viene presentada en una bandeja trasparente sobre un Ipad que proyecta imágenes de olas de mar contra las rocas. Y antes de ir al postre, se puede elegir entre pichón asado con toques de eucalipto y cítricos y pino o hamburguesa de kobe, con bizcocho de puerro y salsa de lúpulo. Si crees que ya has terminado, aún queda el postre, digo, los postres. Ni más ni menos que cuatro: 2 ácidos y 2 dulces como la trufa de cacao, relleno de crema de chocolate y algarroba, canicas de chocolate con amaranto y natillas de orégano, melón enriquecido con tomates, lima y toques de zumaque, fruta caramelizada, con galleta de sésamo, regaliz de yogur y cristal de aceite de oliva.

Guárdate la visita al restaurante para una ocasión especial como un aniversario, cumpleaños, celebración de trabajo nuevo o simplemente date un capricho y regala Arzak, porque como ellos aseguran “siempre sorprenderá al que lo recibe”. 

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