El próximo día 15 Madrid celebra su fiesta de San Isidro, patrón de la ciudad, y no se nos ocurre mejor manera de sumarnos a esta fiesta, teniendo además en cuenta que este año las celebraciones siguen siendo poco recomendables aunque se haya levantado ya el estado de alarma, que dándonos al dulce, a las tontas y a las listas, a las rosquillas en general.
Y para pecar dulcemente y hacer un break en nuestra particular operación bikini nada como acercarnos a Levaduramadre Natural Bakery porque en sus obradores, además de las tontas y las listas, nos ofrecen una rica variedad de rosquillas entre la que también están las francesas y las de Santa Clara.
La receta de las rosquillas es muy antigua, tanto que su origen hay que buscarlo en la Edad Media, pero la culpable de que sean tan populares en las fiestas de San Isidro no vivía por aquel entonces sino en el S.XIX, se trata de la tía Javiera, quien vendía sus rosquillas en la Pradera de San Isidro.
Pero dejémonos de historia y vayamos a la interesante ¿qué rosquilla quieres degustar primero?
Puedes empezar por las tontas que no se llaman así porque estén faltas de inteligencia sino porque su receta es la más sencilla: harina, huevos, azúcar, aceite y un poco de anís, nada más; las listas van un paso más allá y sobre la base de las tontas (entiéndase, los mismos ingredientes) lucen un glaseado de azúcar huevo y limón que no solo hace que tengan un aspecto más sugerente (igual por eso son las listas...) sino que resultan en boca más dulces y jugosas.
¿Eres de los que piensa que hasta ahí llegan las rosquillas del Santo? ¡qué va! hay dos versiones más: las de Santa Clara que son las tontas con una cobertura de merengue y que se llaman así porque su receta fue creada por las monjas de Santa Clara; y las francesas, cuya receta fue obra de un repostero francés de la corte de Fernando VI, sus rosquillas están cubiertas de un baño de azúcar glass y almendras.