¿Qué ocurre si unimos una botella de vino con un porrón? Ésa es la unión que se planteó el diseñador industrial valenciano Héctor Serrano en su estudio de Londres cuando le encargaron crear PorrónPompero, lo que para muchos es ya el porrón del siglo XXI. Creado para la firma La Mediterránea, este original objeto tiene tres tubos: uno estrecho por donde beber directamente de la botella (porrón), otro ancho para servir a copa, y que puede ser utilizado al mismo tiempo para oxigenar el vino (decantador), y un tercero que encaja en la botella del mismo modo que un tapón, de color oscuro.
PorrónPompero está realizado a mano, uno a uno en borosilicato, con el mismo proceso normalmente utilizado para el equipamiento de laboratorios de química. Este proceso permite conseguir formas continuas y complejas, imposibles de realizar con el método tradicional de soplado en molde. Aunque el uso para el que se ha ideado es beber vino, también puede utilizarse para otras bebidas y líquidos, como cerveza o aceite. Cuesta 9 euros.
No es el primer objeto que Serrano crea para La Mediterránea, y tampoco su estreno reeditando un clásico, ya que también se encargó de un botijo que estilizó convirtiéndolo en una especie de botella de agua de las de plástico alargado.
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