Los huevos de pascua son tradición, una de esas tradiciones antiquísimas que no se explica sin hacer referencia a la tradición cristiana e incluso católica de los países en que se celebra; y es que, según cuentan los estudiosos del asunto, el origen de la tradición de los huevos de pascua está precisamente ahí, en la fe: durante la Edad Media los huevos tenían la misma consideración que las carnes y no podían ser disfrutados durante la cuaresma pero las gallinas y otros animales ponedores no saben de fiestas religiosas ni paganas y siguen poniendo sus correspondientes huevos por más que los católicos del medievo celebraran su Cuaresma ¿qué hacer entonces con tanto huevo camino de echarse a perder? se conservaban cocidos y se degustaban pasados los 40 días de privaciones carnívoras.
De aquellos huevos cocidos a los de chocolate hay sólo un paso evolutivo en la tradición y a los decorados llegamos no sólo gracias al arte sino a la consideración de los huevos como símbolo de fertilidad la adoración que antiguas civilizaciones (como la Etrusca) demostraron por esa razón hacia los huevos. Hoy en día son muchos los países en los que, de una u otra manera, se cuenta con los huevos de pascua como parte de sus tradiciones: en España se usan para decorar las monas de Pascua y los regalan los padrinos a sus ahijados y en países como Estados Unidos suman el conejo de Pascua a la tradición y él es el encargado de esconder los huevos que los niños deben buscar.
En Italia encontramos una pastelería -Pasticceria Bompiani- que hace de los huevos de pascua arte hasta el punto de montar cada año toda una exposición, una que este año, si eres amante de la moda, no te puedes perder porque en ella encontrarás huevos de pacua creados en homenaje a los modistos más importantes que en el mundo de la moda han sido: Balenciaga, Dior, Armani, Prada,Valentino... Así hasta 50 modistos y otros tantos huevos a cada cual más espectacular.
El trabajo que supone cada uno de estos huevos es tal que sólo se preparan tres al día en la Pasticceria Bompiani, todos con chocolate Valrhona y decorados con manteca de cacao y colorante alimentario; estos huevos, cuyo tamaño varía desde los 800 gramos que pesan los más pequeños hasta los 3 kilos que alcanzan los más grandes, se venden, eso sí, no te costarán menos de 120 euros y, dependiendo del que elijas, llegan a los 350 euros la pieza.
Lo que no te costará esa pequeña fortuna es disfrutar de la exposición de todos ellos, se ha inaugurado el pasado día 5 y permanecerá abierta hasta el próximo 21 de abril por lo que si visitas Roma en los próximos días ya tienes un nuevo 'museo' por descubrir.
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