La patata, ese básico de guarnición, acompañamiento y aperitivo que es a veces también el centro del plato y del que no tuvimos noticia hasta que el marino Cristobal Colón equivocó su ruta hacia las especias asiáticas y descubrió un nuevo continente, América. De allí nos llegaron las primeras patatas y, a lo pobre, han conquistado el mundo.
A lo pobre, sí, pero no por su receta, sino por la necesidad de la España a la que llegaron como curiosidad de las nuevas tierras: fue en el SXVI cuando la escasez y la hambruna, que nos parecen hoy cosa de otros continentes, campaba a sus anchas por Sevilla... y agudizaba el ingenio: en un centro benéfico de la ciudad, ante su escaso presupuesto y gran necesidad, optaron por comprar 'el nuevo tubérculo' y utilizarlo como alimento. Desde entonces ha sido sustento de sociedades enteras en épocas de escasez a la vez que se convertía en un ingrediente indispensable en las cocinas.
Papas, potato, pomme de terre, batata, kartoffel, prata o potatis... el mundo se rinde a la patata y la cocina de mil maneras pero la estrella es, sin duda, la fritura, especialmente cuando va más allá de la patata y el aceite y pone otros gustos en su receta.
Estábamos ya acostumbrados al sabor del jamón, el queso e incluso el vinagre en las patatas pero ahora Lay's nos sorprende con nuevos gustos: los amantes de la gastronomía italiana, su pesto y su mozzarella, caerán rendidos al sabor de las nuevas Lay's Italian; pero además de aderezar sus patatas de Italia, Lay's dobla el mapa y le añade al tubérculo de América del Sur el sabor de la carne a la parrilla y barbacoa de la otra América, la del norte y el oeste, en sus Lay's western.
La suavidad del pesto y calidez del mediterráneo en verano frente a la intensidad de la barbacoa y el desierto de Arizona... Ambos sabores en edición limitada, si quieres probarlas no puedes despistarte.