En una lata caben 4-6 unidades. Suficientes para un aperitivo y perfectos para ese bocadillo de media tarde en el que el pan se empapa del escabeche y no se precisa nada más para rozar con la puntita de los dedos la felicidad. Porque los mejillones de Frinsa son realmente excepcionales. De ahí que estén incluidos en el sello de calidad Elite Gourmet.
Se extraen de las bateas situadas a la entrada de las rías, donde disponen del mejor alimento. Tras su clasificación y selección por tamaño, y limpieza, se deshidratan y fríen en aceite de oliva. El envasado y empaque se realiza de forma manual, añadiendo un suave escabeche que refuerza el sabor del mejillón. La receta es, de principio a fin, tradicional.
Su calidad es tal que no es preciso añadir nada más. Tan sólo conservarlos en un lugar fresco y tomar directamente de la lata. Ni siquiera se necesita manchar un plato. Acompañarlos de una cerveza bien fría, un fino o un cava, resulta un placer absoluto. Ni más ni menos.