Hubo un tiempo en el que llenar la cesta de la compra tenía sus liturgias. Había que visitar al al frutero, al carnicero y también al pescadero. Uno detrás del otro y se llegaba al ultramarinos, se charlaba con el tendero y los vecinos, y se compraban las conservas, las legumbres y otras necesidades. Incluso se visitaba al pollero.
Quizá fueron las prisas, quizá fue la búsqueda de comodidades, quizá, quizá… pero ya no se visitan aquellas carnicerías en las que un gran poster en tono azul indicaba las partes del animal más gustosas y todas sus posibilidades. Ahora, los mostradores don virtuales y desde el ordenador o el smartphone se piede cuarto y mitad de filetes de ternera, 200 gramos de carne picada y un pollo bien limpio. Uno de ellos es buenacarneacasa.com con una oferta realmente de calidad.
El cliente indica qué piezas y corte desea, y ellos lo preparan y envasan adecuadamente. Se ocupan del transporte en un vehículo refrigerado que garantiza que la cadena del frío se matiene y así, fácilmente, sin poner un pie en la calle, se recibe en casa en menos de 48 horas. De carne y aplicaciones.