Gourmet

Cronuts: ni donut, ni croissant

Los cronuts de Vait.

A primera vista, no es más que una de esas rosquillas por las que Homer Simpson suspira día y noche. Al tacto, resulta extraña su textura y sorprende a priori su compacidad. Un segundo más tarde, comienza a apreciarse su esponjosa masa. El primer mordisco hace que uno arquee las cejas y desvele el enigma. Tiene forma de donut, masa de croissant y sabe a ambos, pero no es lo uno ni lo otro. Se llama cronut, y su fama le persigue desde Estados Unidos.

Allí, en Nueva York, es el bocado de moda y hay que hacer cola para conseguirlo. El invento del chef francés Dominique Ansel es la última sensación repostera por la que se pelean celebrities y gente de a pie y ahora, por fin, llega a España gracias a un hombre y a un objetivo.

Cuando Juan Carlos Valverde, propietario de Vait Pastelerías, probó los cronuts en Manhattan quedó tan impresionado que decidió no parar hasta ver el producto en cualquiera de los stands de sus establecimientos.

No fue fácil. "La forma de manipular la masa del cronut es muy diferente, en realidad, a la del croissant -cuenta- Mientras esta se hornea después de la fermentación, sin manipulación de ningún tipo, la del cronut se fríe, y hay que tener mucho cuidado para que al sumergirla en aceite no se deforme y pierda volumen".

Después de repetir varias veces la fórmula ensayo-error, buscando la proporción exacta de harina, mantequilla, huevo, azúcar, agua y levadura, se obró el milagro. Un primer y reluciente cronut veía la luz en el obrador central de Vait. A partir de ahí, todo fueron galas para el recién llegado.

Glaseado de chocolate, de frambuesa, de limón con hilos de frambuesa o relleno de chocolate. Son las cuatro formas con las que Vait ha querido vestir y presentar su cronut a los madrileños. La parte más difícil ahora es decidirse por una: "Esta, aquella, la de más allá... Póngame las cuatro, así las pruebo...". Qué remedio... La tentación vive en Vait.

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