Desconocemos quién fue el inventor de la botella. Muchos afirman que los primeros fueron los romanos, aunque por aquel entonces los recipientes que respondían a este nombre eran vasijas de arcilla más que botellas tal y como hoy las conocemos. Para algunos, 1872 marcó un antes y un después. Fue en ese año cuando Hiram Cood diseñó y patentó una botella de vidrio con tapón para guardar las bebidas gaseosas.
Lo que sí sabemos es que hoy en día estamos rodeados de ellas, nos bebemos lo que contienen y las tiramos o, en el mejor de los casos, las reciclamos. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar dónde van todas las botellas que consumes? La diseñadora italiana Lucia Bruni sí, y por eso ha decidido rescatar algunas y reconvertirlas en objetos muy útiles para tu cocina.
La firma Lucirmás presenta una colección en la que las clásicas botellas de vino se transforman en vasos, saleros, jarras e incluso divertidos platos para servir aperitivos. El resultado es original y, además, sostenible. Cada producto cuenta una historia de su anterior vida como botella, es artesanal y sin lugar a dudas llamará la atención de todos tus invitados.
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