Mika, Dam, Dani y Peio han conseguido algo importante. Sorprenderme y reconciliarme con las croquetas. No era sencillo. De pequeño comí demasiadas, en mi casa no sobraba el dinero y era alimento casi diario, y la abundancia cansa. Y las sorpresas culinarias no son frecuentes. No digamos nada si son en positivo.
Este proyecto gastronómico de cuatro jóvenes emprendedores y creativos, sin vinculación alguna con el mundo de la gastronomía, acredita que hay espacio para las ideas buenas. En Boqueat solo comes croquetas. Y frescas. Pero ¡¡qué croquetas!! Auténticas, caseras, de las de toda la vida, de las de la abuela, pero del Siglo XXI. Calidad en un producto popular, casero y artesano con la originalidad de sabores que jamás creí que iba a encontrar en unas croquetas, y unas salsas excelentes, bien pensadas.
Cuidan el producto, se percibe mimo, no es una cadena industrial. En un local pequeño en la calle Víctor Hugo, cerquita de la Gran Vía, lo primero que te agrada es el local, un ejercicio de diseño, que transmite buen rollo, sencillez, eficacia creativa y que te hace sentir bien. Puedes comerlas en el mismo local, o llevarlas. Han diseñado unos recipientes de cartón cómodos y originales. Muchas horas de trabajo con la cabeza para permitir llenar la boca gratamente.
Se han esmerado en combinar sabores tradicionales con otros originales, hasta raros. 12 sabores y 12 salsas. Las clásicas de jamón, pollo o espinacas no podían faltar, pero han añadido las de hamburguesa, bacalao con pasas, chipirón (¡excelente!), setas, idiazábal, cabrales y, para terminar, como postre, croquetas de café y de gin tonic. Sí, como lo oyen. Las probé con prevención y ¡que descubrimiento!.
Las salsas, saben acompañarlas, pero puedes tomar tus propias decisiones, que siempre está bien. De setas, BBQ Boqueat, mahonesa de piquillos, mahonesa de algas, alioli de miel o mostaza, tomate y vainilla, chutney de manzana, mermelada, toffee de whisky o limón y enebro.
La croqueta, un clásico de toda la vida, como elemento único de un local de comida. La croqueta moderna. Y un local bien cuidado y elegido, en una zona de mucho movimiento, urbana, de moda. Como se van a poner las Boqueat, el paraíso de la croqueta. Es lo que tiene pasear por Madrid, que te encuentras cosas como esta.
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