Dicen que para averiguar si un restaurante italiano sirve buenas pizzas habría que pedir la margarita para comprobar en la versión más simple –al menos, aparentemente-, de esta comida, que todos los ingredientes están ligados a la perfección. A veces, la dificultad está precisamente en la sencillez. Como ocurre también con la receta del steak tartar, un plato sin trampa ni cartón, que no permite errores y en el que prima la materia prima por encima de todo. Si la carne no es de primera, por mucho que se enmascare con el aliño correspondiente, el resultado final en boca no será el óptimo.
Muchos restaurantes han hecho del steak tartar un referente en sus cartas. Hay algunos realmente fuera de serie pero hay que saber dónde pedirlo. Para empezar, no vale cualquier carne. Ha de ser carne de vacuno, picada a cuchillo y a ser posible, frente al comensal. El acto de condimentarla también genera gran expectación.
Su preparación requiere de la combinación de varios ingredientes. Entre los más utilizados encontramos la cebolla, alcaparras, pepinillos o perejil bien picado; yema de huevo para ligarlo todo, un chorro generoso de aceite de oliva y para el toque picante, salsa Perrins, mostaza antigua, pimienta negra y tabasco al gusto.
Ahora que llega el calor –o que debería llegar-, apetecen platos frescos, bajos en calorías y saludables. Y si encima son un manjar, mejor. Atento a esta lista con los restaurantes donde sorprende la preparación de esta carne cruda, el steak tartar (pronunciado como se debe, por favor, steik tartar –filete tártaro- y no stick –palo-).
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