La merienda de la tarde de Reyes es tan única como el desayuno del 6 de enero porque son los momentos del año en los que nadie puede negarse un trozo de roscón; un roscón que, por otra parte, es el que fue y es nuevo porque de la rosca dulce decorada con fruta escarchada a la diversidad de roscones, ya sea por su relleno o por sus coberturas, que disfrutamos hoy, va un mundo; claro que se trata de un mundo de magia y tradición, de vanguardia y diversión, de sueños, sorpresas... y habas.
Y es que si algo no ha cambiado es la costumbre de esconder algo en el roscón, y decimos algo porque en algunos lugares se trata sólo de un haba, en otros un haba y un pequeño regalito y luego están las grandes sorpresas porque en algunos lugares se llega a esconder incluso un buen puñado de euros.
Cabe que te toque ser el rey de la tarde o la mañana o incluso pagar el siguiente roscón pero, sea como fuere, lo que te tocará seguro es disfrutar de un delicioso pedazo de roscón ¿cómo lo quieres? ¿el tradicional? ¿relleno de nata, crema o trufa quizá? ¿o lo tuyo son las vanguardias culinarias y te lanzas a por el de chocolate blanco?
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