Viajamos al corazón de Roma y nos dirigimos a su casco antiguo camino de la isla del Tíber hasta encontrar un nuevo y viejo restaurante, nuevo porque se acaba de inaugurar, viejo porque ocupa el espacio antes ocupara el primer pub Guiness de Roma y mantiene en su decoración mucho de aquel tiempo.
El bistrot Santa María es un restaurante y un café, también un afterworks, sus carta es muy italiana y en él sentirás como la iluminación te relaja, como la música de fondo te ayuda a abstraerte de tus aceleradas rutinas y como los cómodos asientos te abrazan animándote a alargar los cafés hasta la comida o la copa del afterworks hasta la cena.
A nosotros, que llegamos al bistrot Santa María como turistas agotados después de pasear la ciudad de Roma, nos tienta la idea de cenar y también la de compartir una copa después; el menú no puede ser más apetecible: comenzamos con una tabla de quesos, salami y otros embutidos para abrir boca, y seguimos perdiéndons en una serie de platos a cada cual más delicioso: ceviche o ensalada de salmón, tartar de gambas, tostas de queso y anchoas, pollo a la brasa e incluso hamburguesas al más puro estilo argentino.
Roma es la ciudad eterna y la cuna de nuestra civilización, es uno de los lugares más bellos de Europa y guarda en su interior algunas de las obras de arte más importantes del mundo; Roma es también una ciudad rica en lo gastronómico, el lugar perfecto para descubrir la verdadera gastronomía italiana más allá de sus pizzas y sus pastas frescas. Roma es un buen destino para un gran viaje y también para una espada de otoño y el bistrot Santa María es uno de esos establecimientos que da a tu viaje sus notas sápidas y también las notas de cata de sus cócteles más espirituosos.
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