Nos colamos en el hotel The Madrid EDITION porque queremos un ponche... claro que no un ponche cualquiera, uno como los que sirven en Londres, Shanghái, Barcelona o Tampa en sus respectivos de Punch Room y como se sirven ya también en Madrid en un bar a la antigua, un speakeasy de aquellos en los que se bebía alcohol clandestinamente...
Su decoración es suntuosa y elegante, con un soberbio panelado de roble oscuro, una chimenea de basalto, una imponente barra de cobre cepilladoy un espejo pulido de bronce diseñado por Garnier & Linker, sillones con pelo de poni gris de Jean-Michel Frank, un banco verde de terciopelo, una mesa de cóctel con base de acero ennegrecido tapa de madera de nogal... y una carta sencilla mente espectacular.
Los ponches de autor y cócteles clásicos del Punch Room son la tentación que le faltaba a los afterwork y las noches de Madrid; una selección de bebidas organizadas en su carta en base a cinco elementos: destilados, especias, agua, cítricos y azúcar; te encantará saber, además, que esta carta no es una recreación de ponches clásicos sino su más descarada reinvención, aquí el viejo mundo, que en lo espirituoso era de whisky escocés y vinos de Jerez, confluye con el nuevo mundo que es más de pisco, cachaça y licores de agave por una parte (la americana) y de tés clásicos con flores asiáticas y frutas exóticas (la asiática).
La música forma parte esencial del Punch Room, a veces suena soul, aveces funk, R&B, modern soul... ¿qué ponche vas a probar? Todos han sido cuidadosamente elaborados por Simone Ruta; ¿qué tal un Corsair Punch de aire caribeño inspirado en el corsario Jean-François Roberval? Tal vez prefieras barrer para casa y elegir el The Spaish Match Punch que lleva manzanilla de Salúcar de Barrameda entre sus ingredientes o el White Elephant Punch y volver al Caribe mexicano porque este ponche lleva tequila reposado (además de whisky de centeno...).
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