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Marketing olfativo, última tendencia en hoteles de lujo

Los principales hoteles de lujo como Ritz-Carlton o Mandarin Oriental utilizan sus propias fragancias cuidadosamente seleccionadas.

El olor es el más poderoso de nuestros cinco sentidos en términos de memoria, puede estimular, seducir o excitar. El "marketing olfativo" se ha convertido en la última tendencias en las cadenas de hoteles de lujo en todo el mundo y se basa en el empleo de aromas con el objetivo de generar impulsos en el cerebro de los clientes. Se ha demostrado que asociar instantánea e inconsciente olores con una marca concreta, mejora positivamente la percepción del usuario hacia ese establecimiento.

Las principales cadenas hoteleras internacionales como Sheraton, Sofitel, Westin, Intercontinental o Mandarin Oriental ya utilizan sus propios aromas cuidadosamente seleccionados y registrados. En el año 2014 The Ritz-Carlton lanzó una fragancia para sus 86 establecimiento consiguiendo con ello ‘unidad de marca’.

Desde hace unas pocas semanas la cadena Starwood Hotels and Resorts St. Regis ha empezado a utilizar “Caroline’s Four Hundred una fragancia exclusiva para ambientar todos sus establecimientos. La fragancia hizo su debut el mes pasado y se dispersa en los vestíbulos a través de los sistemas de aire acondicionados de cada establecimiento.

Daphne Sipos, directora de marca de St. Regis Hotels & Resorts indica que y a partir del mes de octubre la cadena venderá velas perfumadas de esa fragancia a 80 dólares y a finales de año esta previsto que salga a la venta el perfume en spray.

Carlos Huber, joven arquitecto mexicano, diseñador de fragancias y fundador de ARQUISTE, es el creador de la exclusiva nueva fragancia de Starwood Hotels and Resorts St. Regis bautizada como “Caroline’s Four Hundred”.

Esta fragancia realizada a medida para la prestigiosa cadena hotelera, esta inspirada en Caroline Astor, destacada representante de la alta sociedad neoyorkina de la Gilded Age, entre los años 1870 y 1890 y madre de John Jacob Astor IV, fundador del St. Regis en 1904. El número cuatrocientos representa la cantidad de personas que formaban parte de ese cerrado círculo social de la época en Nueva York.

Carlos Huber asegura que su creación esta inspirada en los grandes bailes que celebraba la señora Astor a comienzos del siglo pasado y que contiene notas de rosas American Beauty, así como narcisos amarillos, lirios blancos, de manzana y flores de cerezo.