La lluvia de meteoritos de Guerlain comenzó en 1987. Estos polvos sueltos en forma de perlas multicolor conquistaron a mujeres de todo el mundo gracias a su suavidad única y a su inconfundible aroma a violeta. Su aplicación, sencilla y cómoda, solo necesita una brocha que combine todos los colores en uno solo, armónico y perfecto.
Al igual que cuando una luz blanca atraviesa un prisma se descompone en muchos haces de colores, cuando se suman estos colores se logra obtener una luz ideal que suaviza los rasgos. Guerlain seleccionó para sus Météorites varios colores: el rosa para refrescar el cutis, el verde para esconder las rojeces, el blanco para iluminar, el malva para captar la luz y, por último, el dorado para otorgar a la piel un color irisado.
Décadas después, y tras la copia de grandes y pequeñas marcas, los Météorites siguen siendo un icono de la firma y sus cajas siguen llenándose a mano. Si todavía no los has probado puedes empezar con su base de maquillaje que, a pesar de su textura fresca, disimula las irregularidades y reaviva la luminosidad. Y si te convence, seguir con sus polvos clásicos en seis tonos, en forma compacta para llevarlos de viaje, en tonos nude o sueltos, pensados para aplicarse con una mini borla y mantener tu piel sedosa y uniforme.
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