Guerlain 160 aniversario
Cosmética

Una historia, un símbolo, una exposición

Una excepcional exposición en torno al frasco de las Abejas en el 68 de Champs-Elysées…

Esta es la historia de un frasco. Pero no de un frasco cualquiera, claro. Porque no todos los frascos pueden presumir de ser el emblema de una firma legendaria ni, mucho menos, de haber conservado su extraordinaria belleza durante más de un siglo.

Efectivamente. Hablamos del aristocrático "Frasco de las Abejas", el símbolo fetiche de la casa Guerlain, que hoy celebra nada menos que su 160 aniversario.

Todo comienza en 1863. Era en aquel entonces Pierre-François-Pascal Guerlain quien dirigía la Maison y, subyugado por la belleza de la jovencísima emperatriz Eugenia (de Montijo, sí), crea para ella un perfume exclusivo y personal, la célebre Eau de Cologne Impériale. Elegancia, lujo y belleza en forma de fragancia –brillante, fresca, ligera, siempre alegre y extrovertida– que sólo podía encerrarse en un frasco excepcional, tan majestuoso como su dueña.

A tal fin, el maestro perfumista confía su realización a la Cristalería Pochet du Courval: un frasco cilíndrico adornado con abejas y festones bañados en oro y cuya parte superior, inspirada en el obelisco Vendôme, se remata en forma de cúpula. La quintaesencia del refinamiento convertida en algo más que una obra de arte, el icono de una de las firmas más antiguas y emblemáticas del universo de la perfumería y la cosmética parisinas.

Para celebrar tan ilustre acontecimiento Guerlain, en colaboración con el Institut National des Métiers d’Art, ha dado carta blanca a nueve maestros artesanos que crearán, cada uno de ellos, una auténtica obra de arte inspirada por y en torno al “Frasco de las Abejas”. Esta propuesta genera una exposición única y multidisciplinar que se inaugurará el próximo mes de noviembre en el buque insignia del imperio Guerlain, el 68 Avenue des Champs-Elysées.