Cosmética

Solares que funcionan: probamos UV-BRONZE de Filorga, protección y cuidados antienvejecimiento

Hemos sometido la gama de protectores solares UV-BRONZE de Filorga a las más duras condiciones y esto es lo que hemos experimentado...

Podríamos recomendarte unos protectores solares que son buenos, pero hemos probado UV-BRONZE de Filorga en las condiciones más duras, a pleno sol en las playas de Cádiz, las que más rayos UV soportan de toda la geografía española, a mediodía, toda una semana. Un test que han pasado con nota, con mucha nota.

Y no sólo por el magnífico color de la piel o porque protegen como deben (y mejor) si no por los síntomas de la piel, por esa elasticidad e hidratación, porque no se nota la acción de envejecimiento que a cierta edad es evidente a pesar del moreno. Un completo perfecto.

Porque el sol que tanto nos gusta, que estimula la felicidad que nos da la serotonina, los placeres de la dopamina, incluso la imprescindible melatonina para los reparadores sueños y la síntesis de la vitamina D, en vacaciones tiende a hacer estragos por sobreexposición en la piel. El menor, quizás, el del envejecimiento, pero el que más nos preocupa más allá de las buenas sensaciones, de lo bien que nos sentimos cuando cogemos un poco de color, de bronceado.

Para esto en Filorga se han ocupado de crear una gama de protectores solares que son al tiempo tratamientos antiedad, que protegen de los rayos VA, UVB e IR y tienen activos antiedad de última generación. Los UV-BRONZE de Filorga, que como su propio nombre indica además te permite coger de una forma natural y contenida un color de piel deliciosamente bronceado, saludable y atractivo.

Con un factor solar de 50, su tecnología foto-activada que con el propio calor de la exposición al sol activa los sistemas biológicos de defensa de tu propia piel estimulando las enzimas detoxificantes que neutralizan los radicales libres y la oxidación. Sí, te puede sonar a chino, pero la verdad es que funciona y funcionan bien. Un cambio absoluto al modo en que nos protegemos contra los efectos del sol porque podemos disfrutar de él no sólo evitando que se nos queme la piel, se deshidrate o envejezca si no que el efecto es rejuvenecedor.

Y además de todo esto tiene, a nuestro gusto, algunas cosas más también fundamentales en lo práctico: sencillas de aplicar y de rápida absorción de modo que no se está al sol embadurnados de crema blanca; es resistente al agua, no hay que estar aplicándola tras cada baño refrescante; Huelen... ese olor estimulante del monoï de Tahití, el olor de las vacaciones, fino, delicado y único, esa sensación de felicidad.

Y dicho esto, el test más duro, el de los rayos solares de las playas del Estrecho en el momento en que el sol está más alto y los UVA, UVB y los infrarojos nos dan de lleno y pueden causar los mayores estragos en la piel posibles, lo ha pasado con nota, cum laude. No sólo evitando una quemadura o la aparición de manchas si no consiguiendo un color bronce elegante y delicioso y alegrándonos la vida con ese aroma de Monöi.

Y ahora te preguntarás si son caros, porque para ser tan buenos... pues no, nos ha sorprendido que tienen un precio más que bueno y asequible, más porque son la mejor inversión en un bronceado perfecto sin efectos secundarios y de un tratamiento antiedad, que siempre viene bien. Perfectos y más que muy recomendables. Son de Filorga, que no cabía duda.

De la gama completa, que tiene aftersun y distintos grados de factor de protección, estos son los que hemos probado: