Cosmética

Los cinco rouge más emblemáticos

Del antiguo Egipto a la actualidad a través del rouge labial.

Desde la mitología griega ha sido apreciado el color en los labios de una mujer. Ya cuando Paris tuvo que erigirse en juez para juzgar la belleza de tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita, la duda se desvaneció cuando esta última mordiendo una baya silvestre dio color a sus labios y la transformó en más hermosa aún.

El labial rojo ha sido emblemático en muchos periodos de la historia, los antiguos egipcios se maquillaban usando el tinte rojo del fucus algin, al que añadían yodo y bromo, una combinación venenosa, un "beso de la muerte” para ellas y los hombres a quienes besaban. Fue Cleopatra quien ideó un labial de un color rojo intenso, muy similar a los que usamos hoy en día, pero en su caso a base de huevos de hormiga, escamas de pescado y mole de escarabajo. Esta fascinante reina egipcia, que subió al trono en el año 51 a.C. con 18 años, era famosa por su belleza aunque lo que la hacía realmente atractiva era su inteligencia, amplia cultura y personalidad. Y la consagración de su imagen fue la elección de suicidarse, como antes había hecho su amante Marco Antonio, pero la reina optó por ser mordida por un áspid antes que permitir que su enemigo Octavio la exhibiera en Roma como trofeo de guerra.

En Grecia el rojo estaba reservado para las meretrices, al contrario que en Roma, en la que eran las damas de clase alta las que escogían este color.

Las sufragistas del siglo XIX lo utilizaban como símbolo de rebelión y Elizabeth Arden lo impulso en 1910 como símbolo de reafirmación femenina. Incluso el pintalabios se ha utilizado como medidor de consumo. Leonard Lauder, presidente de Estée Lauder, acuñó la expresión lipstick index (índice del pintalabios), para demostrar cómo en tiempos de crisis las ventas del pintalabios aumentan. En la Gran Depresión las ventas se incrementaron un 25%.

No hay nada más sexy que una mujer retocándose el rouge ante el espejo, a esto también ha contribuido mucho la industria del cine, sólo tenemos que pensar en Marilyn Monroe, sus labios entreabiertos y su rojo vibrante.