De oriente, como la mirra, como el incienso, a lo largo de los siglos el mediterráneo ha ido acogiendo y haciendo suyos tesoros como la naranja de flor de azahar sin la que Sevilla no sería la misma Sevilla o la granada que dio nombre allá por el siglo X al Reino Nazarí. Procedentes ambas de las regiones más allá del Eufrates han ocupado un lugar esencial en todas las culturas mediterráneas y destacado en la nuestra.
Hoy es la casa parisina del 34 del bulevar de Saint Germain, por la que tenemos especial predilección no ya por sus perfumes si no por la calidad excepcional de todos sus productos, la que hace suyos granada y flor de azahar para traernos la delicia de dos productos esenciales para el cuidado de nuestra piel:
La Crema Exfoliante para el cuerpo, con microesferas blancas y negras de yoyoba y silicio, suave y cremosa, agua de jazmín, mantequilla de melocotón y aceite de granada para conseguir una piel suave y sedosa.
La Leche fresca para el cuerpo con el aroma del agua de flor de azahar, aceite de almendras dulces biológico, y aceite de macadamia para una piel suave y, sobre todo, relajada.