Desde que en 1853, Pierre-François Guerlain dedica a la Emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III , el Eau de Cologne Impériale, con un icónico frasco adornado con 69 abejas lacadas en dorado, el imperio Guerlain se asocia siempre con el destino de la abeja. El perfumista estaba convencido de los poderes curativos de la abeja y creo el primer tratamiento para la piel basado en la miel, introduciendo así la cosmética basada en las virtudes del poder curativo de este producto natural.
Desde entonces, la abeja es una fuente inagotable de inspiración para Guerlain. Sus productos son una prioridad para los laboratorios de investigación de Maison. Los estudios del profesor Descottes del hospital de Limoges en heridas, ha confirmado la eficacia cicatrizante de miel y la jalea real; se han aplicado a la lucha contra las señales de la edad, las arrugas y la pérdida de firmeza de la piel. Así nación Abeille Royale, para preservar la juventud de la piel.
La abeja, desde siempre en el corazón de la historia de Guerlain.
En la búsqueda de los poderes más potentes de la abeja, llevo a Guerlain a la apartada isla francesa de Ouessant en la la que habita una especie endémica que vive en un territorio no contaminado, dado su aislamiento. La Abeja Negra produce una miel de pureza inigualable y propiedades excepcionales y es la que Guerlain selecciona y cuida para sus productos de belleza.
En la línea de Abelle Royale caben distintos productos que interactúan en la piel de una forma singular: cremas de día, cremas de noche, contorno de ojos, sérum y aceite facial. Un tratamiento completo que utilizado conjuntamente cambia por completo el aspecto de nuestra piel.
Gracias a su poder cicatrizante, las arrugas y los signos de la edad se difuminan; la piel aparece más tersa, más luminosa, más reafirmada. Unos potentes productos que son el elixir de la eterna juventud.
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