The Sunday Tale

El principio del fin

Llega un año y nos decoramos con plumas para engullir las uvas y brindar con cava celebrando la vida...

El tiempo camina y avanza devorando horas, días, semanas, meses… y haciendo caer el tiempo de un año tras otro; en ese avance se gesta la vida y quizá por eso nos decoramos con plumas y escamas para engullir las uvas y brindar con cava celebrando la vida, celebrando que la vida es chula porque estrenamos un año con todas sus horas dispuestas a llenarse de sueños cumplidos… de la vida que anhelamos… -

A vueltas andaba con estos pensamientos mientras rebuscaba en su armario y en su cómoda,  intentando componer un look de fiesta porque la cena familiar del último día del año se había completado con un plan de champagne, fiesta y calle con el que no contaba… Y vaya si podía componerlo, los complementos adecuados, el peinado mejor pensado, el aroma más indicado, un ineludible tacón y la cartera de mano… vestían de fiesta al más pintado.

El se acomodó sobre la cama, mientras ella devolvía su ropa al armario, jugueteando con su pipa y mirando con descaro al cajón de la cómoda del que escapaba un volante… - ¿te apetece? - preguntó, sabiendo que así era o de lo contrario no hubiera ella corrido a componer su mejor aspecto de fiesta y baile – - sonrió ella – será divertido re-editar nuestras grandes fiestas de fin de año – él rió también y confesó – me pone el 2013. A la gente le incomoda y disgusta el trece y... - ella interrumpió su pequeña confesión no sin cierta ironía - y tú, que no has sido nunca de llevar la contraria... - Él le tiró un cojín fingiendo ofenderse y le respondió cargado de algo parecido a la lógica y la razón - precisamente por eso, ahora que todo el mundo espera lo peor, la devacle, el fin, el más feo todavía... llega un año de nombre feo y suceden los milagros -.

Quizá - se unió ella a su argumento - 2013 sea el principio del fin de lo feo... - o no - puntualizó el mirándola directamente a los ojos, asegurándose de que estaba allí, con él, con los sueños al aire y los pies en el suelo - pero hacer lo imposible porque sea así es el único camino -. Un silencio cómodo, de confianza y de cariño, paseó entre ellos mientras cada uno divagaba entre los sueños que acariciaba, entre los que eran ya deseos de año nuevo y proyectos de futuro...

Él repasó entonces los objetos que ella había dejado sobre la cómoda... el perfume de Juliette, un tocado y el volante que escapaba del cajón... - desde luego, el principio - afirmó - no puede ser más prometedor -. Esta vez fue ella quien hizo volar un cojín en el que viajaban sus sueños, sus deseos más íntimos y su intención... su vida.