The Sunday Tale

El cielo de las palabras perdidas

Las palabras se las lleva el viento... a un lugar mágico desde el que suenan de nuevo.

El viento soplaba fuerte, dibujando olas imaginarias en cuyas crestas inventadas se agolpaban las palabras camino de su cielo. Su pelo fue también pasto de la fuerza de Eolo y, durante un tiempo que no supo nunca si fue corto o si acaso largo, no vio ni oyó nada, sólo se elevó y voló, voló y se elevó…

Encontró las palabras de Sorolla, aquellas en las que el hombre que amaba pintar y pintaba amando, confesaba su amor a la luz del sol más allá de sus cuadros.

Los duelos con sol son menos

Aquellas palabras no viajaban solas, sonrió navegando olas de aire a ritmo de bossa nova, dejando que el arte de María, plasmado en una frase, la acompañara en su viaje imaginario.

El arte trasciende a la verdad de cada cual

Sintió como el viento callaba y como una suavidad inmensa la envolvía, la luz se volvió más intensa, más cálida y luminosa, el blanco y el azul componían un lienzo a su alrededor que, sin saber cómo ni por qué, la acomodaba como sólo el hogar propio podía acoger a nadie. Y allí estaban, allí vio pasar de nuevo las palabras perdidas y reencontradas de Sorolla y de María, todas repitiéndose una y otra vez siendo eco de sí mismas y manteniéndose así vivas.

Todos somos vecinos de este mundo pero cada uno se siente de su tribu

Las palabras de Maalouf le parecieron un fiel reflejo de la realidad que conocía y pensó que merecían estar allí, en un cielo en el que las palabras perdidas se encontraban de nuevo con su sentido y su destino.

Comenzó entonces a descubrir más y más palabras, algunas inconexas y otras hiladas en frases, todas le parecían pequeños tesoros, lecciones condensadas en pensamientos que permanecía vivos en el cielo de las palabras perdidas y que tomaban por altavoz los carteles con su autor al fondo y ellas al frente.

Continuó leyéndolas con urgencia, con ansia, como si temiera que todas se callaran de repente al minuto siguiente... Du Bois, Buñuel, Breton, Ferrari, Darwin, Bocuse:

El coste de la libertad es menor que el precio de la represión
La realidad, sin imaginación, es la mitad de realidad
Al principio no se trata de entender sino de amar
Es en las ideas donde reside nuestra fuerza
La belleza es el resultado de una selección sexual
Para duplicar la felicidad hay que compartirla

Se despertó desorientada y sintiendo una gran tensión, una urgencia, como si algo la obligara a echarse a correr a la vida hasta que, pasados unos segundos, se recordó que era domingo y que no había plan ni obligación alguna en su agenda, era un día de paz en el que su cabeza estaba llena de palabras ajenas e ideas buenas que clamaban por su existencia. Y entonces Jobs...

Tu tiempo es limitado, no lo pierdas viviendo la vida de otro. No te dejes atrapar por el dogma que es vivir el resultado del pensamiento de otros. No permitas que el ruido de las opiniones de otros acalle tu voz interior.

Mientras se preparaba el café, aquellas palabras y otras muchas conformaban frases y escenarios recordándole lo soñado aquella noche, se preguntó entonces qué diablos era aquello del cielo de las palabras perdidas y la respuesta apareció escrita en su mente a ritmo alegre y con los trazos luminosos de un pintor: es el recuerdo de los buenos.