"Para mí, la música es más importante que el habla. Cuando me di cuenta de que iba a escribir sobre música, me encontré presa de la zozobra. Sólo lentamente me fui haciendo a la idea". Así se expresa Vikram Seth cuando se refiere a Una música constante, una novela que gira en torno a la música, sí, aunque es el amor su epicentro.
Un cuarteto, el Maggiore, y un antiguo violín, un Tonino de gran valor tanto emocional como económico; una ciudad, Londres, y una búsqueda, la de una desconocida y misteriosa partitura de Beethoven; una mujer, Julia y un terrible secreto. Y una música, una “música constante” que suena a lo largo de toda la obra cuyos pilares –el Opus 104 (*) de Beethoven, La Trucha de Schubert y El arte de la fuga de Bach– simbolizan un pasado aparentemente olvidado y rendido ante un presente melancólico donde un Michael (el protagonista masculino de la novela) carente de ambiciones, lleva una existencia gris a la que solo Schubert y su violín consiguen darle algún sentido, y un futuro que se abre ante él como una inquietante caja de Pandora.
Es precisamente la búsqueda de esa partitura el hecho que desata todas la viejas pasiones de Michael, conduciéndole hacia un desesperado viaje al pasado –un laberinto interior cargado de añoranzas y viejas cicatrices mal cerradas– como si fuera lo único que lograra dar sentido a su vida y a otro viaje físico a Viena y Venecia, dos ciudades convertidas en escenario presente de aquel otro pasado donde renunció al prometedor futuro que su talento artístico le brindaba y que su incapacidad para afrontar la realidad le negó.
Se trata de una obra cargada de metáforas y significados simbólicos –las tres ciudades, las tres partituras, los tres tiempos– que, además presenta otra historia paralela, la de las relaciones entre los músicos profesionales. Deliciosamente escrita como si la cadencia de una música hechizante dictase cada letra, profunda, tierna y dura al mismo tiempo,”Una música constante es probablemente la novela más personal de Vikram Seth. Un libro que no deja indiferente pues nos habla de las armas que utilizamos para derrotar al tiempo, de la ambigüedad del triunfo y del fracaso, de la dificultad de ser nosotros mismos y entregar una parcela de nuestro yo a los demás, de las renuncias que hemos de hacer para transcurrir por el mundo sin sufrimientos, de este lastre ineludible que es el pasado y de la necesidad de soltarlo para sobrevivir”.
(*) El Opus 104 no es una invención del autor. Se trata de una obra real (poco conocida) que Beethoven compuso inicialmente para trío, adaptándola después a Quinteto.