"Este libro no saldrá jamás. Es imposible porque se consideraría una ignominia." Mark Twain.
Y salió. Pese a lo que Mark Twain pensaba y comentaba con su amigo, el libro salió aunque a punto estuvieron de cumplirse sus predicciones pues las pequeñas sátiras bíblicas escritas entre 1870 y 1909 permanecieron ocultas durante décadas. Y fue así porque a la muerte del escritor toda su obra inédita quedó en manos de sus albaceas y de su hija Clara quien consideró que Los escritos irreverentes desvirtuaban los principios de su padre y se negó a sacar a la luz el manuscrito cuando, en 1939, estaba ya preparado para ser enviado a la imprenta, publicándose por fin en 1962 con la consiguiente conmoción y revuelo social.
Lo cierto es que la obra, en conjunto, pone de manifiesto el profundo escepticismo religioso de Mark Twain además de representar un ataque directo a los valores de la época; el libro comienza con una serie de Cartas desde La Tierra que Satán, tras su expulsión del cielo, escribe a sus excompañeros Arcángeles narrándoles lo que sucede en la Tierra; se trata de una sátira mordaz sobre la desconcertante naturaleza humana y el absurdo que puede alcanzar la religión llevada a sus extremos. A las cartas de Satán les siguen Los apuntes de la familia de Adán que revelan el profundo conocimiento del autor sobre La Biblia. En ellos utiliza a personajes como Matusalén, Eva y Sem para, mediante un empleo magistral de su ácido, brillante e irónico sentido del humor, poner en tela de juicio las prácticas religiosas. La Carta desde el cielo es el broche final de la obra más implacable del escritor estadounidense. Una joya satírica hilarante e ingeniosa en forma de misiva que, parodiando el típico estilo funcionarial, uno de los ángeles envía al carbonero Abner Scofield con el fin de ponerle al día respecto a su “contabilidad moral”.
El enfoque, aunque demoledor, convierte el libro en un texto divertido, a veces desternillante y siempre agudo. Controvertido y satírico, el estilo oscila entre la crónica y el relato formando parte de un género que algunos críticos, como el escocés Marshall Walker, denominaron “pseudo-historia.
“De todos los escritores del mundo, quizá sea Mark Twain quien más se haya divertido contando lo que quería contar. Por eso el lector disfruta tanto con su implacable versión de la estupidez, la arrogancia, la ostentación y el disparate generalizado de la humanidad.” Chicago Sun Times.
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Título: Los escritos irreverentes
Autor: Mark Twain
Traducción: Gabriela Bustelo
ISBN: 978-84-15130-02-4
Páginas: 160
PVP: 16,95 €