Instrumentos de a bordo Rolex del Coche supersónico BLOODHOUND.
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Rolex batirá con el coche supersónico Bloodhound el récord de velocidad

Entre sus instrumentos de a bordo están un cronógrafo y un velocímetro analógicos de Rolex.

No hay reto al que Rolex tema enfrentarse. Y lo hace desde sus orígenes. Su fundador, Hans Wilsdorf, probó siempre sus relojes en las condiciones más extremas y pensó que el mundo era el mejor laboratorio posible. Con esta filosofía, Rolex ha coprotagonizado algunas de las gestas más notables de la historia del hombre desde las primeras décadas del siglo XX.  Ha escalado hasta la alta cima del Everest a 8.600 metros de altitud, pero también ha llegado a los confines de los océanos a 10.916 metros de profundidad, a la Fosa de las Marianas, el ecosistema más hostil de la Tierra. Y ha descendido dos veces, la última acompañando al director de cine James Cameron el 26 de marzo de 2012.

Este año, Rolex ultimará todos los detalles para batir el récord de velocidad en tierra y superar el actual hándicap de 763 millas por hora (1.227 km/hora) a bordo del coche supersónico BLOODHOUND. El objetivo es alcanzar las 1.000 millas por hora (1.609,34 km/hora) a finales de 2015 o  comienzos del 2016 en una pista de 20 km en el desierto de Hakskeen Pan, al noroeste de Sudáfrica.

En 2011, Rolex  se unió al BLOODHOUND Project como cronometrador oficial y el año pasado comenzó a desarrollar y manufacturar un cronógrafo y un velocímetro analógicos que formarán parte de los instrumentos de a bordo del coche supersónico. Combinan la tecnología más puntera con los estandartes de precisión y fiabilidad de los que ha hecho siempre gala Rolex.

Estos marcadores analógicos de gran precisión estarán ubicados a cada uno de los lados del piloto Andy Green. Serán de gran apoyo para monitorizar varios sistemas como el motor de reacción o el frenado a tan altísima velocidad.

Durante el 2011, se produjeron grandes avances en el proyecto pues culminaron algunos de los procesos de construcción y preparación del BLOODHOUND SSC (SuperSonic Car)  como la instalación en la parte superior de la estructura del coche del Eurofighter Typhoon, el turborreactor de una tonelada de peso.  El pasado mes de noviembre se realizaron pruebas en Noruega y posteriormente, el equipo BLOODHOUND viajó a Hakskeen Pan, en Suráfrica, para probar las infraestructuras. Se han retirado 20.000 toneladas de piedras para asegurar que la pista está en perfectas condiciones para establecer el nuevo récord de velocidad en tierra. En junio está previsto que se realice un test en la pista y finalmente a finales de 2015 o comienzos de 2016, el coche supersónico del BLOODHOUND SSC tratará de conseguir su hazaña. Esta gesta ha sufrido varios retrasos, pues el proyecto fue anunciado en 2008 para llevarse a cabo en 2011 o 2012.

Además de batir y establecer un nuevo récord de velocidad en tierra, el proyecto BLOODHOUND pretende promover entre las generaciones futuras el interés por la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para que sean las carreras que los jóvenes elijan para labrar su futuro. En este sentido, el proyecto ya ha entablado conversaciones con miles de colegios y universidades alrededor del mundo.