Los primeros relojes que empezaron a marcar el tiempo de una forma más fiable, se empezaron a desarrollar en el siglo XVII, y se trataba de dispositivos estrictamente mecánicos. A medida que la tecnología avanzaba, se fueron adoptando cristales de cuarzo para mejorar la exactitud de la marcación de la hora.
En 1970 The Hamilton Watch Company lanzó al mercado el reloj Pulsar por 2.100 dólares, el primer reloj digital electrónico del mundo (12.200 ajustados a la inflación de 2015). En 1982 se presentó el Pulsar NL C01, o lo que podría llamarse el primer smartwatch (reloj inteligente) del mundo, capaz de almacenar 24 dígitos de información.
Treinta y tres años después, en abril de 2015, Apple lanzaba el esperado SmartWatch, equipado con conectividad inalámbrica y teléfono, con un precio desde 349 para el modelo deportivo, hasta los 17.000 dólares para el de edición limitada.
Ante estos cambios, la industria de relojes de lujo suiza ha permanecido estoica e incluso ha sido capaz de hacer crecer su sector enfrentándose a una tecnología en constante avance y una base de consumidores cada vez más voluble. La pregunta es si los relojes inteligentes van a lograr que caiga la demanda de relojes de pulsera increíblemente sofisticados, realizados a mano en talleres suizos.
En una mesa redonda celebrada en la de Nueva York, el pasado 16 de junio, un grupo de insiders de la industria relojera, señalaron que el reloj de Apple simplemente no puede competir con los relojes suizos de lujo. "El reloj suizo es la forma de expresar el propio sentido del estilo", aseguraba Gary Girdvainis, editor de las revistas WristWatch y AboutTime.
Jason Alan Snyder, director de tecnología de Momentum Worldwide, señalaba que ambos dispositivos, otorgaban a los usuarios uno lujo y el otra utilidad; pero cuestionó la longevidad del reloj de Apple y argumentó que la nueva tecnología es inherentemente obsoleta "Esos relojes no están diseñados para trabajar dentro de 40 años. El Rolex Datejust que utilizo, lo compró mi padre y todavía funciona".
Milton Pedraza, CEO y fundador de The Luxury Institute, instó a los entusiastas de los relojes a no ignorar incursión de Apple en el mercado, argumentando que aunque no se trate por ahora de un producto convincente, evolucionará sin duda hasta convertirse en uno en el futuro.