Habrá que preguntarse cómo lo harán Melchor, Gaspar y Baltasar para convencer a sus pajes y a los camellos de que carguen con una docena larga de edificios del siglo XIII en sus alforjas. No queda más remedio que llevarlas consigo si a algún afortunado le regalan el que seguro es el presente más surrealista para estas navidades: un pueblo italiano.
Y es que la villa medieval de Borgo Martano, en Umbria, está en venta. Pero no una casa, o varios apartamentos, sino todo el pueblo en sí. Un delicioso enclave construido en piedra y que se mantiene en fantásticas condiciones gracias a la importante restauración que tuvo lugar aquí a finales del siglo XIX para que las principales familias de la alta sociedad italiana pudieran tener aquí un retiro diferente.
Situado a tiro de piedra de Peruggia, el pueblo se encuentra en las laderas de las montañas Martani, y su propiedad se extiende no solo por las casas, sino también por un espacio de 315 hectáreas de lomas, campos y riachuelos serpenteantes. Desde sus casas más altas (el pueblo está a 550 metros sobre el nivel del mar) se ve bien Umbria, sus restos romanos y el excepcional paisaje.
Su importancia fue anterior a la época medieval, en tanto que se encontraba en la via Flaminia, que unía el norte de Italia con el Adriático. De hecho, era normal hacer parada aquí durante los largos viajes por la península Itálica. Luego comenzó su fortificación, con piedras que ahora tienen 700 años de antigüedad y que se mantienen intactas.
Durante el siglo XX, la villa de Borgo Martano fue haciéndose popular entre familias adineradas, que, poco a poco, fueron dejando en manos de una familia de Umbria las propiedades. Es por ello que hoy se puede vender toda la villa, así como sus campos de olivos y nogales. Eso sí, el precio está al alcance de muy pocos reyes magos. Se vende a partir de 4,5 millones de euros.
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