La encargada de crear el cielo por el que han desfilado durante estos últimos 10 años los ángeles de Victoria Secret ha dicho adiós y, muy probablemente, sin el corazón. Sharen Jester Turney antepone su familia a una compañía que en los últimos años ha dado bastante que hablar con respecto al trato y ciertas cuestiones que no terminaron de salir nunca a la luz allá.
La compañía matriz de Victoria Secret, L Brands Inc, fue la elegida para dar el comunicado en el que Turney asegura querer dedicar más tiempo a su vida privada y a analizar detenidamente sus oportundiades profesionales del futuro. Lo cierto es que la directora seguirá vigilando de cerca a los ángeles, ya que seguirá siendo consejera de la división, dejando la dirección absoluta a Lex Wexner, director ejecutivo de L Brands Inc. Una toma de decisión que pone en entredicho el futuro de la marca responsable de añadir dos tercios de los ingresos de la compañía matriz. Son datos que, junto al renombre de la firma, deberían tranquilizar pero algo tan sencillo como el tiempo se convierte en la gran incógnita: ¿le sobrarán horas del día a Wexner para asumir un papel más activo, que es lo que ha prometido? Si a esto le sumamos los 79 años de Wexner y la trayectoria de crecimiento de Sharen en Victoria Secret podríamos entender por qué la noticia no termina de cuajar.
La hasta ahora CEO se encargó durante estos años de que el crecimiento de la marca de lencería fuese poco a poco y sobre paso seguro. EEUU siempre ha sido su punto de partida, respetando cada uno de los pasos para llegar al comercio internacional con el perfil de una empresa vertical, en la que se produce y se distribuye desde ‘casa’. Creía en que el crecimiento se basaba en aquello que hacían, no en la periferia, de ahí que a día de hoy Victoria Secret continúe siendo lo que es: todo un referente en ropa íntima femenina.