Hace tan solo unos días que Chopard presentaba en sociedad la colección de joyas más preciosa que nunca antes había tallado, el origen de estas excepcionales piezas es un único diamante hallado en la mina de Karowe, en Botswana.
Se trata de una pieza única que Chopard en Botswana hace unos dos años, un diamante excepcional, The Queen of Kalahari, una piedra preciosa de 324 quilates de la que nace una colección única, la más exclusiva de esta emblemática firma joyera: 23 piezas talladas a partir de aquel diamante perfecto de la mina de Karowe que componen la colección The Garden of Kalahari.
The Queen of Kalahari combina una tonalidad D -la más bella y valorada de todas las posibles- y una claridad F -la más transparente-, estas caraceterísticas unidas al soberbio tamaño de la piedra, pusieron ante Caroline Scheufele -responsable creativa de Chopard- no sólo el honor de diseñar las joyas que nacerían de tal piedra sino la enorme responsabilidad de hacerlo bajo una firma joyera tan emblemática como Chopard.
5 de los 23 diamantes a los que ha dado lugar The Queen of Kalahari superan los 20 quilates y en el set completo encontramos todos los cortes de diamante: la más valiosa de las 23 piezas es el perfecto brillante de forma circular y 50 quilates, el corazón y la lágrima -forma de pera- resultan igualmente llamativos por su tamaño y su belleza, 26 y 25 son sus quilates respectivamente; las piezas más discretas, si es que alguna de ellas lo es, son las que lucen forma de esmeralda y cojín.
Estas excepcionales gemas se engarzan en joyas de inspiración floral -de ahí el nombre de la colección- y componen el conjunto de joyas más excepcional nunca antes presentado por Chopard.
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