El pasado martes tuvo lugar, en la sede de la afamada casa Sotheby's en Nueva York, la subasta en la que se vendió uno de los seis diamantes de 100 quilates subastados en el mundo. Un diamante cuyas características le han valido el atributo de "perfecto". En palabras de Gary Schuler, el director del departamento de joyería de Sotheby's: "El color es más blanco que el blanco, está libre de cualquier imperfección interna, y es tan transparente que solamente puedo compararlo con una piscina de agua helada".
La joya, casi una obra de arte, fue extraída de las minas de Sudáfrica en algún momento de los últimos 10 años, de acuerdo al catálogo de la subasta Magnificent Jewels. Aunque el precio previsto oscilaba entre los 19 millones de dólares y los 25 millones de dólares, no se alcanzó la cota máxima y se vendió finalmente por 22 millones 90 mil dólares. Eso sí, la duración de la puja fue espectacular por su rapidez: en escasos tres minutos se cerró la adquisición de este diamante único.
Tallado como una esmeralda y engarzado en un anillo de platino, fue la puja más alta de la subasta, que incluía también otras joyas espectaculares. Como el broche de oro, platino, zafiros y diamantes diseñado por Jean Schlumberger para Tiffany & Co., una gargantilla del barón de Rothschild diseñada por Charles Jacqueau para Cartier, y una selección de piezas de joyas de Arte Moderno muchas de ellas de Cartier y gran número de diamantes de alta calidad coloreados.
El valor total de la subasta ascendió a más de 65 millones de dólares. El diamante perfecto, que iba en un solo lote fue el más elevado, sin duda.