Ser rico en Estados Unidos ya no es lo que era, los grandes patrimonios han dejado de gastar tanto dinero. Este año los ultra-ricos con ingresos medios de 450.000 dólares por hogar, gastaron 12.155 dólares en lujo hasta finales del verano. Esto representa una disminución de 21,6 por ciento para los aproximadamente 3,3 millones de hogares estadounidenses que conforman ese 2 o 3 por ciento de la población, según la consultora Unity Marketing.
Kit Yarrow, psicólogo de consumo y profesor emérito de la Golden Gate University indica "Este grupo de personas se siente menos seguro que antes. No entienden las continúas luchas políticas, ni el rencor que existe en el exterior y eso hace que se sientan realmente vulnerables, no saben lo que va a pasar. La recesión golpeó de lleno la confianza que tenían".
"Los valores universales de consumo consciente, y dejar de lado el derroche, creo que son cosas van a volver", añade Yarrow, señalando que los consumidores de gama alta buscan obtener más por aquello que compran, al igual que hace la clase media. "Para las empresas la ecuación mágica es averiguar qué aspecto de su producto va a valer la pena", asevera Yarrow. "Los ricos ya no van a seguir comprando cosas para mantener el status, además tiene que existir un sentido de satisfacción personal y de valor”.
Pamela Danziger, fundadora de Unity Marketing indica que "A medida que la gente envejece, gasta menos en bienes de consumo. Estamos perdiendo a los Baby Boomers, y la Generación X que les sigue (nacidos desde los años 1960 hasta principios de los años 1980), es una porción de población mucho menor, por lo que en realidad nadie llenará este vacío hasta que lleguen a la plena madurez económica los Millennials (nacidos entre los años 80 hasta los primeros años del siglo XXI)".
El Pew Research Center apunta que existen 65 millones de personas pertenecientes a la Generación X, atrapados entre 75 millones de Baby Boomers (nacidos entre los años 1940 y mediados de la década de los 1960) y 75 millones de Millennials. Danziger se refiere a este periodo como una "sequía del lujo" y prevé que se prolongue hasta el año 2025.
Hana Ben-Shabat, socio de A.T. Kearney asegura "La industria del lujo está empezando a entender que no va a continuar viendo crecimientos de dos dígitos como se ha visto en los últimos años".