Fue el pasado mes de mayo en Inglaterra cuando se produjo el encuentro entre la fotógrafa Annie Liebovitz y el actor James McAvoy. La primera utilizaría su arte para hacer de él el nuevo hombre Prada. El escocés, por su parte, sacó lo mejor de sí mismo para posar ante la cámara con lo último de la firma italiana.
Para la artista, McAvoy es "carismático e impredecible, una especie de héroe capaz de aportar intimidad e individualidad al conjunto de las prendas". Con la idea de enfatizar este concepto, nada mejor que escoger el blanco y negro, así como un paisaje austero, de costa sin embellecimientos, que permita que brillen aún más por sí mismos los jerséis y los abrigos que están llamados a darnos calor el próximo otoño.
La silueta ceñida y estilizada del actor se enfatizó para crear un aire elegante y militar que le reafirman como uno de los hombres icono del momento.