La esperanza de los empresarios del lujo de la ciudad más abierta de China se debilita al observar que están perdiendo peligrosamente cuota de mercado.
En lugar de los ciudadanos chinos ricos que vuelan a Hong Kong para adquirir los productos de las mejores marcas de lujo que se ofrecen allí, la ciudad está viendo un número creciente de visitantes extranjeros con grandes maletas con espacio libre de sobra disponible para comprar a sus anchas, acaparando espacio en su metro, en sus autobuses y en las aceras.
"Hong Kong, básicamente, está perdiendo cuota de mercado de los chinos ricos", afirmaba Mariana Kou, analista de CLSA (Credit Lyonnaise Securities Asia). "La razón es que prefieren ir a Japón, Corea del Sur y Europa, mientras que los turistas que llegan a Hong Kong están gastando menos", dijo.
Este retroceso en la multitud de visitantes chinos para comprar bolsos de Prada y relojes suizos en el centro de Hong Kong sin tener que desplazarse a Europa, es fruto también de la campaña del presidente Xi Jinping contra la corrupción y la el derroche. Por otro lado, están creciendo los números de los llamados comerciantes paralelos que compran champú, leche en polvo y otros productos diarios para revender a precios más altos en el resto de China, donde hay una seria preocupación acerca de la seguridad de abastecimiento de los productos locales.
"El patrón general del gasto de los turistas chinos ha cambiado", declaraba Raymond Yeung, economista de Australia & New Zealand Banking Group Ltd. en Hong Kong. "El problema real es cómo Hong Kong puede hacer frente a ese cambio."
Las ventas de bienes de lujo se desplomaron un 14 por ciento el año pasado, cuando la ciudad tuvo su primera caída anual en las ventas minoristas desde 2003. El descenso ha continuado en enero, con un gasto total de un 14,6 por ciento menos que el de hace un año.