News

Los cambios que enfrenta el mundo del lujo

Compradores de mercados emergentes y grupos de inversión están deseosos por adquirir marcas de lujo occidentales.

A pesar de una serie de obstáculos, existen buenas razones para ser optimista sobre el futuro del sector del lujo. Para 2018, se espera que China se convierta en el segundo mayor mercado de bienes de lujo, después de Estados Unidos.

La industria ha estado atravesando un momento difícil en los últimos dos años y ahora todo podría estar preparándose para un rebote. Las economías emergentes han apoyado en gran medida el crecimiento del sector. La regiones de Asia Pacífico, América Latina, Oriente Medio y África representaron el 9 por ciento del mercado de lujo en el año 2008 y en 2013 esta cifra aumentó al 19 por ciento, según la prestigiosa compañía de auditorías Deloitte.

China es el quinto mayor mercado de bienes de lujo del mundo, los disturbios civiles en Hong Kong el año pasado también afectaron a las ventas globales, ya que es un destino turístico para los compradores chinos adinerados. Asimismo la implosión de la economía rusa y la devaluación del rublo sin duda afectaron al sector.

El fabricante de artículos de lujo italiano Prada se ha visto particularmente impactado por el malestar reinante en los mercados emergentes y ha registrado decepcionantes resultados. Sus ventas cayeron por primera vez desde la crisis financiera y se redujeron un 5 por ciento en Asia.

Prada ha indicado que llevaría a cabo una "gran reforma" de algunos de sus procesos de producción y que reduciría costos. La británica Burberry también se ha visto impactada por la desaceleración del sector, especialmente en la región de Asia Pacífico que es su principal fuente de ingresos, donde su crecimiento se ha reducido a un solo dígito.

Otro factor que han influido en la desaceleración del lujo es que algunas compañías estaban erróneamente convencidas de que el ciberespacio no podía sustituir a sus llamativas boutiques y han tardado en adaptarse a las compras online.

Internet ha transformado al lujo en una herramienta transparente que ofrece mayores posibilidades de elección. Los consumidores ahora pueden comparar precios de todo el mundo y de diversos distribuidores. Las tendencias en el mundo de la moda son también mucho más cortas, emergen y rápidamente desaparezcan. En un mundo cada vez más conectado, donde la originalidad es cada vez más difícil de conseguir, los fashionistas se han cansado de los grandes nombres como son Louis Vuitton, Hermes, Prada y Gucci, que se han convertido en demasiado "normales" para algunos.

Algunos diseñadores han optado por acercarse al gran público, en un intento de atraer a una gama más amplia de consumidores, Karl Lagerfeld lo hizo en H & M y Missoni en Target son dos claros ejemplos.

Esto fue un éxito para los grandes almacenes, pero de alguna manera ha devaluado a las marcas de lujo. Por otra parte, Zara, propiedad de Inditex es famosa por trasladar la moda de las pasarelas a sus tiendas en cuestión de semanas. Deloitte asegura que esto ha tenido un gran impacto en las marcas de alta gama.

Marcas aspiracionales, como Michael Kors y Ted Baker se están beneficiando de un aumento de la confianza del consumidor, ya que ofrecen accesorios y prendas de vestir asequibles para las clases medias acomodadas y ambas marcas han desarrollado importantes plataformas online.

Por último, existe un verdadero potencial para fusiones y adquisiciones dentro del sector. "El apetito por las marcas europeas y americanas por parte de las economías emergentes es creciente. Compradores de mercados emergentes y grupos de inversión están deseosos por adquirir marcas occidentales", asegura Deloitte y sin duda tienen el dinero para hacerlo. Los analistas de Liberum Capital recientemente sacaron una nota señalando a Jimmy Choo como un objetivo de adquisición potencial, ya que el crecimiento en los accesorios de lujo y calzado duplica al sector en general.