El World Gold Council (Consejo Mundial del Oro) ha publicado un informe que señala que durante los tres primeros meses de 2015, en lo que a demanda de oro físico de inversión se refiere, Europa ha registrado el mejor inicio de año desde 2011.
Con respecto al oro, a los alemanes les pasa algo similar que a los chinos, lo ven como dinero, una forma de ahorro. La demanda de inversión en oro físico en Alemania es la más alta de todos los países occidentales.
Según el Consejo Mundial del Oro, la demanda de lingotes y monedas de oro durante el primer trimestre de este año alcanzó en Alemania las 32,2 toneladas métricas (32.151 onzas = 1 tonelada métrica). Suiza se posiciona en el segundo lugar de la lista con 13,8 toneladas y los Estados Unidos fueron terceros con 9,9 toneladas métricas.
La demanda de inversión de oro físico de los alemanes aumentó un 20% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que la de los estadounidenses cayó durante el mismo periodo un 12%. Los alemanes han comprado en el primer trimestre del año, tres veces más lingotes y monedas de oro de inversión que los estadounidenses.
A los alemanes les preocupa la devaluación del dólar y del euro. Hay quien descarta esta preocupación y tilda a los alemanes de estar 'paranoicos' con respecto a la inflación; pero ese análisis únicamente demuestra un total desconocimiento de la historia y una peligrosa tendencia a pensar “este es un nuevo paradigma" o "esta vez será diferente". Nunca ha sido diferente y los alemanes lo saben.
Recapitulemos, en enero de 1919 una onza de oro costaba 170 Deutsche Mark. Un año después, el precio del oro se había multiplicado casi por ocho, y a medida que a través de la impresión de dinero se devaluada la divisa alemana, se llegaron a pagar 1.000 marcos por una onza de oro.
De hecho al igual que sucede en la actualidad se podría afirmar que por entonces el precio del oro no aumentaba, sino que eran las divisas las que se devaluaban. Durante el año 1922, el precio de la onza llegó a aumentar un 9300% en marcos.
La divisa alemana perdió valor a pasos agigantados y la onza de oro que costaba 170 marcos, sólo cinco años después se negociaba a 87,000,000,000,000 marcos. El funesto periodo de la hiperinflación durante la República de Weimar aconteció entre 1921 y 1923 y sus descendientes continúan teniendo muy presente los experimentos financieros.
Las 32,2 toneladas de Alemania, representan más de la mitad de la demanda total europea que fue de 61 toneladas. La demanda conjunta de oro físico de inversión en Francia, Reino Unido y Canadá en los tres primeros meses del año, representó aproximadamente una décima parte de la procedente de Alemania.
Los suizos compraron la mayor cantidad de oro per cápita, pero Alemania con 80 millones de habitantes compró 32,2 toneladas métricas de oro físico, Estados Unidos con 320 millones de habitantes 9,9 toneladas. De esto se desprende que Alemania compró en los tres primeros meses de 2015 doce veces más oro físico per cápita que Estados Unidos.
El oro para los alemanes representa un “más vale un por si acaso, que un quien iba a pensar”, una forma de dinero que preserva el poder adquisitivo, porque no se puede crear de la nada, como sucede con el dinero papel. De hecho eso lo saben muy bien los bancos centrales de todo el mundo que acumulan en conjunto más de 30.000 toneladas métricas de oro en sus reservas.