En sólo dos días, una compañía china imprime una villa de lujo de 3 plantas. Efectivamente la imprime, no la construye. De ello se encarga una impresora de seis metros de altura, 10 metros de ancho y 150 metros de largo que produce los componentes con residuos de construcción reciclados. Por lo tanto, la construcción cuesta únicamente una fracción del precio de una casa construida de manera convencional.
La capacidad de imprimir casas era pura teoría hace solo un año. Investigadores de la Universidad del Sur de California presentaron en 2014 la idea para un prototipo. Unos meses más tarde, la compañía china Winsun anunció ser capaz de imprimir diez casas de cemento en 3D en un día. En cuestión de meses la empresa constructora ha desarrollado una impresora que tiene el tamaño de una casa, y un lucrativo modelo de negocio.
Mientras tanto ha diario salen casas de la cadena de montaje y la técnica de impresión de Winsun se perfecciona cada día más. En enero de 2015, ya se estaban construyendo villas de lujo de tres pisos con 1.100 metros cuadrados y un edificio de apartamentos de cinco pisos.
De la boquilla de la impresora sale una masa granulada hecha de escombros reciclados, su inventor la llama "Crazy Magic Stone". Esta "tinta" se compone de escombros, vidrio, acero, cemento y aglutinante, y necesita que se seque durante 24 horas.
Las paredes están impresas con el interior hueco, lo que ahorra en material sin perder fuerza. Se necesitan ocho personas y un mes para imprimir y ensamblar una villa de 1100 metros cuadrados y con un precio de 140 mil euros terminada, explica Zheng Jian, director de proyectos de Winsun. Con los métodos convencionales de construcción se necesitarían 30 personas y tres meses. Con este método los costes tanto de personal, como de construcción se reducen a la mitad.
Los críticos temen que a medio plazo se eliminen puestos de trabajo en el sector de la construcción, sin embargo esta tecnología sería muy beneficiosa para construir refugios de emergencia en zonas de desastre.
El equipo de investigación de la Universidad del Sur de California (USC) y su director Behrokh Khoshnevis se encuentran muy disgustados con Winsun porque sostienen que la compañía china les copió la idea durante una visita que les hicieron a California. Cuando Khoshnevis supo que Winsun imprimía 10 casas en 24 horas, se sorprendió. Según él, Ma Yihe presidente de Winsun lo visitó en el año 2013 en la USC y se le enseñó el trabajo del profesor. Más tarde Khoshnevis fue invitado a China "Fuí a China y Ma me pidió que le mostrara la consistencia del material, y yo se lo mostré. Desde entonces él no me ha vuelto a contactar", asegura un contrariado Khoshnevis.
Ma Yihe presidente de Winsun señala "Estamos empezando a establecer fábricas en todo el mundo". Se ha creado Winsun Global que es una empresa conjunta con fondos de inversión estadounidenses cuya identidad Ma no quiere revelar, sólo indica que "tienen una gran influencia en el Medio Oriente". El objetivo de la compañía es establecer en los próximos años impresoras 3D de casas en 20 países, incluyendo Dubai, Reino Unido y Francia. En China Winsun construirá hasta 100 de esas fábricas.
El gobierno egipcio ya ha firmado un contrato para imprimir 20.000 viviendas de una sola planta en el desierto. Winsun suministrará la impresora y la fórmula para la producción de la "tinta" con arena, y las casas se van a imprimir localmente.
"Winsun tiene un futuro como empresa de tecnología", asegura Ma. "Hemos pasado de ser una empresa centrada en la producción y venta de materiales de construcción a ser una empresa que exporta tecnología. Nos encontramos desarrollando la sexta generación de casas impresas".