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Lana de vicuña, exclusividad versus extinción

La lana de vicuña es después de la seda, la segunda fibra natural más suave que existe, su precio alcanza los 1.000 dólares por kilo.

La lana más cara del mundo procede de la vicuña, un pariente silvestre de los camellos. Las prendas de vestir realizadas con las fibras de este animal han sido durante mucho tiempo las favoritas de la realeza, los actores de Hollywood y los millonarios.

Los abrigos de vicuña cuestan alrededor de 20.000 dólares, y los trajes de hombre fabricados por diseñadores italianos pueden llegar a costar hasta los 40.000 dólares.

La lana de vicuña es después de la seda, la segunda fibra natural más suave que existe. El apreciado pelo de este animal se caracteriza por su forma hueca y mullida, posee una fibra extremadamente fina de entre 10 y 15 micrones y un alto poder calorífico.

La vicuñas son animales asustadizos que viven entre 3800 y 5000 metros de altura y son los parientes andinos de los camellos silvestres. Pesan unos 50 kilos y miden 80 centímetros de altura y están siendo perseguidas por los cazadores furtivos en la zona del Altiplano peruano/boliviano, y en el norte de Chile para vender su lana a los fabricantes de ropa europeos y asiáticos para abrigos, bufandas y chales. A diferencia de las llamas y las alpacas, las vicuñas no se domestican.

Según indican funcionarios del gobierno chileno, los furtivos buscan las vicuñas en las zonas montañosas poco vigiladas, les disparan y luego las esquilman. En el mercado negro el precio de la lana de vicuña alcanza los 1.000 dólares por kilo, una cantidad que requiere la lana esquilada de unos cinco animales adultos.

Las vicuñas normalmente son despojadas de su lana una vez cada dos o tres años, ya que su pelo crece muy lentamente. Cada esquila produce alrededor de 200 gramos de fibra.

Los furtivos transportan la lana ilegalmente a través de la frontera con Bolivia, y la envían a los fabricantes de prendas de vestir en China y Europa, donde se procesa. Los gobiernos de Chile y Perú mantienen recuentos oficiales de los animales, que son considerados propiedad del Estado, en Chile existen solamente 13.000, en Bolivia 100.000 y en Perú unas 209 000 vicuñas.

Cerca de 800 comunidades campesinas en el Perú trabajan en la cria y a la producción sostenible de fibra de vicuña. El ‘Comité Multicomunal de Manejo de Vicuña Picotani’, es una comunidad creada en el Perú controla más de 10 mil de estos camélidos. "Criamos más de 10 mil vicuñas, de las cuales se esquila el 40%. Esto representa de 650 a 700 kilos anuales. La mayor parte se va Italia y Francia". El principal comprador en Italia es la compañía de lujo Loro Piana, conocida por sus exclusivos productos de cashmere.

Pero una gran parte de la lana de vicuña en el mercado internacional continúa procediendo del comercio ilícito y si no se remedia esto puede significar la rápida extinción de estos animales. Uno de los riesgos de las especies silvestres cuando adquieren valor económico, es transformarse una materia prima, en una simple mercancía.