En un mundo en recuperación, el consumo de bienes se estratifica cada vez más para aumentar las ventas y esquivar los efectos perversos de la contracción económica. El mundo del lujo no es una excepción y, a lo largo de estos años, los analistas han establecidos tres estratos de consumo de lujo: Accesible, Aspiracionaly Absoluto.
Hay otros factores que determinan el grado de lujo del que se trata en cada ocasión, como son el precio, la singularidad, la disponibilidad, la promoción y la marca por citar algunos. Por otra parte, la industria del lujo, por lo general, cubre productos como perfumes y cosméticos; relojes y joyería (que se conoce como "hard luxury"); coñac; bolsos y maletas; muebles; vehículos, etc. Estos productos se venden a través de mayoristas, minoristas o, cada vez más, a través de canales online.
De las tres categorías, el lujo absoluto y el accesible se definen por sí solos. El primero se refiere a aquellos bienes inaccesibles a la gran mayoría que ocupan un lugar privilegiado por la calidad y riqueza de su materia prima, fabricación esmerada y artesanal, precio muy por encima de lo aceptable para una economía medio-alta, y cuya exclusividad es patente.
El segundo se refiere a la nueva modalidad de bienes muy caros y de buena calidad pero que sí están al alcance de un sector más amplio, aunque selecto, de la población. Las grandes marcas, tratando de soportar los rigores económicos, se han decicido a lanzar colecciones o modelos o, incluso, marcas hermanas, que encajan en este tipo de bienes de consumo.
El lujo aspiracional es más difícil de señalar. Se trata de aquellos productos que no son accesibles por el precio pero son muy deseados por una parte de la población de renta alta, que está convencida de que en un momento u otro se hará con ello. Suelen tratarse de productos asociados a una marca (un bolso "Kelly" de Hermès) o bien aquellos que le dan la sensación al consumidor de vivir un estilo de vida determinado (como tener una obra de arte).
Desde hace un par de años se observa un creciente impulso del lujo accesible y el aspiracional. Esta tendencia muestra los efectos de la crisis pero, al tiempo, el deseo de no perder ese status que se sigue percibiendo entre los llamados Ultra High Net Worth Individuals.