En un mundo donde las riquezas se distribuyen más a medida que se eliminan las barreras de acceso a las mismas y la renta per capita aumenta, los ricos tienen su propia clasificación. En la cúspide, según Spectrem, están los UHNW, o ultra high-net-worth. Mientras que los ricos ma non troppo, por decirlo de alguna manera, son aquellos individuos cuyo patrimonio (sin incluir la vivienda habitual) oscila entre los 100 mil dólares y el millón, los millonarios rondan entre uno y cinco millones y los UHNW tienen una riqueza valorada entre 5 y 25 millones de dólares. No hay un consenso total respecto a esta clasificación porque entidades como el Boston Consulting Group solamente concede la pertenencia a este grupo a aquellas personas que ronden o superen los 30 millones de dólares. Otras clasificaciones, además de excluir la vivienda habitual, que supone un 16% del patrimonio, también descuentan las propiedades inmobiliarias y las obras de arte, que suponen un 10% del total patrimonial, de manera que solamente miden el valor de las inversiones.
Un análisis de las tendencias de inversión de quienes poseen el más alto grado de riqueza nos muestra que, a pesar de que los UHNW más jóvenes sí empiezan a apostar por inversiones alternativas a las clásicas, los riquísimos cada vez más adquieren valores de renta variable, las tradicionales acciones de empresas privadas cotizadas en Bolsa de toda la vida. En concreto, de los activos invertibles, casi el 60 por ciento se sitúa en valores de renta variable, mientras que el 21 por ciento se encuentra en productos de renta fija. El 13 por ciento es efectivo o activos líquidos, mientras que solamente el 5 por ciento consiste en inversiones alternativas. El 40 por ciento de los inversores UHNW tienen ETF's, que son fondos de inversión indexados que carecen de decisiones del gestor, mientras que el 23 por ciento se invierte en ETF's internacionales, una opción que va tomando fuerza.